
Hace unos años Stephen Ritz un maestro en la escuela secundaria Discovery en el barrio del Bronx, en Nueva York, trabajó con estudiantes mientras que plantaban un jardín en la escuela. Mientras hacía esto, nuevas ideas sobre la enseñanza echaron raíces en su mente.
Estaba enseñando a algunos de los estudiantes más desfavorecidos del país. Y ellos estaban disfrutando. Quizá la horticultura tal vez pudiera aportar a sus estudiantes entusiasmo para otros tipos de aprendizaje e incluso ofrecerles maneras de ganar dinero.
Ritz se convenció de que la horticultura podía transformar “mentalidades y paisajes”
El florecimiento de sus ideas tardó un poco, pero en 2009, Ritz lideró a sus alumnos para que plantaran su huerta en el interior. Diseñaron, construyeron y operaron la primera pared viva interior de Nueva York: paneles de plantas, cultivados verticalmente bajo luces LED.
La pared produce frutas y hortalizas para la cafetería de la escuela. Ofrece clases de ciencia, matemáticas, tecnología y nutrición. Los estudiantes estaban entusiasmados. La asistencia diaria más que se duplicó. Ritz se convenció de que las granjas y huertos urbanos tanto alimentan a los hambrientos como producen buenos ciudadanos. “Cultivar alimentos deja una huella en la mente”, dijo. Empezó una organización sin fines de lucro llamada Green Machine Bronx para fomentar la agricultura escolar en otras escuelas y capacitar a los estudiantes en todo Estados Unidos para cultivar plantas y aprender nuevas lecciones de su experiencia.

Trabajando con socios, la agrupación sin fines de lucro ha construido 100 huertos escolares y varias paredes y techos verdes. Muchos estudiantes han conseguido puestos de trabajo después de la escuela gracias a las habilidades que aprendieron al ayudar en estas tareas. Muchos de los primeros estudiantes que participaron en la horticultura con Ritz ingresaron en la universidad.
Aunque Ritz se propuso cambiar la mentalidad de los estudiantes, admite que puede que él haya cambiado más que nadie. Para convertirse en un mejor modelo, ha perdido unas 100 de lo que él llama sus “demasiadas libras” de peso (unos 45 kilos).
En la actualidad enseña en la escuela Benjamin Franklin en el Bronx y recauda fondos para abrir un Centro Nacional de Salud, Bienestar y Biodiversidad en la comunidad. Ritz desea que “el Bronx se desarrolle hasta ser la comunidad más sana de Estados Unidos”.
Ritz es uno de los 50 finalistas en la edicion 2015 del premio mundial a los maestros Global Teacher Prize que otorga un millón de dólares a un maestro sobresaliente. Este premio se suele conocer como el premio Nobel de la enseñanza, y está abierto a maestros de todas las escuelas en todos los países del mundo.