Probablemente estás acostumbrado a escuchar la sigla “LGBT”, pero quizá no conozcas la sigla “LGBTI”.
Casi una de cada 2.000 personas nace con variaciones en la anatomía reproductiva o sexual, o tiene un patrón de cromosomas que no encaja con lo que típicamente se considera masculino o femenino. Estos individuos son “intersexuales”, de ahí la letra “I” en LGBTI, y se pueden identificar como hombre o mujer o como ninguno de estos. Como las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, las personas intersexuales tienen dificultades en muchos lugares para ser reconocidas, ser iguales o hacer valer sus derechos humanos.
Ser intersexual no es tan raro como podrías creer pero es una condición invisible a los demás, y algunas personas no descubren que son intersexuales hasta que llegan a la pubertad.
Puesto que las personas intersexuales nacen con características biológicas únicas, son diferentes de las personas transexuales, que no se identifican con el género que se les asigna como identidad. Lo que es irónico es que muchas personas intersexuales son objeto de operaciones quirúrgicas no deseadas y de tratamientos hormonales por los que las personas transexuales tienen que luchar.
Puedes aprender más sobre las personas intersexuales y los desafíos sociales que confrontan de grupos de apoyo tales como la Sociedad Intersexual de América del Norte y el grupo InterAct Youth (ambos en inglés).