Dos recientes informes revelan una figura opaca sobre la libertad para el acceso a Internet en Rusia.
El grupo Freedom House, que estudia la libertad que tiene Internet en 65 países, por primera vez clasificó a Rusia (en inglés) como “no libre”, la más baja de las tres posibles clasificaciones. “Hemos percibido un constante deterioro en los cinco años pasados para la libertad en Internet”, dijo Adrian Shahbaz, gerente de investigaciones para “Freedom on the Net” (Libertad en la Red), la evaluación anual que hace Freedom House en relación a la libertad en el mundo para el acceso a Internet.
Shahbaz atribuye el deterioro al sofisticado aparato de vigilancia que tiene el gobierno de Rusia (del que dice que viola las normas de la Corte Europea de Derechos Humanos), así como al enjuiciamiento de los activistas por sus actividades en línea electrónica y la creciente censura de nuevos sitios web y blogs de la oposición.

Shahbaz señala que la clasificación de Freedom House se basa en factores que incluyen el mercado de las telecomunicaciones de un país, el nivel de censura y vigilancia, y el entorno legal. “Cuando un país está clasificado como ‘no libre’, por lo general se debe a que las autoridades del Estado utilizan todos los mecanismos de represión con el fin de restringir el nivel de influencia de la Internet en el país,” dijo Shahbaz.
De acuerdo al informe “un declive más fuerte” en la ya “constantemente reducida” libertad digital (en inglés) en Rusia tuvo lugar entre 2013 y 2014, tras la Revolución de la Dignidad en Ucrania y la perpetrada anexión de Crimea por el Kremlin.
En ese período las autoridades aumentaron visiblemente la censura de los contenidos críticos de las políticas rusas en Ucrania, incluyendo la información relacionada con las protestas contra el gobierno. Algunos temas tratados en línea electrónica, como la corrupción, la blasfemia y asuntos relacionados con la comunidad LGBTI, también fueron censurados.
Al mismo tiempo el gobierno promulgó una serie de leyes sobre “el extremismo, las organizaciones no gubernamentales y la localización de datos, que debido a su amplia naturaleza y problemática aplicación, han tenido un efecto masivo entre los usuarios de Internet y los grupos de derechos humanos”, según Shahbaz.
Agora informa de crecientes limitaciones a la libertad en Internet
Agora — una entidad de la sociedad civil de Rusia, que también informa sobre la libertad en Internet, señaló en su informe anual la quintuplicación de la cantidad de “limitaciones a la libertad en Internet” en Rusia durante el año 2015.
El total de 15.022 instancias refleja una creciente cantidad de acusaciones penales (incluyendo sentencias de prisión) de ciudadanos rusos por “expresar opiniones” así como una considerable cantidad de ataques violentos y amenazas contra activistas en Internet.
Las amenazas y ataques están ocurriendo en más regiones de Rusia que nunca antes, según el informe. En un año, 18 personas recibieron sentencias de prisión mientras que 28 blogueros o periodistas de Internet sufrieron ataques violentos o fueron amenazados.

Agora explica que el nivel de violencia se debe a la “falta de investigaciones eficaces de los ataques”. Eso genera un sentimiento de impunidad para quienes cometen esos ataques y provoca otros ataques, dice la organización. En los cinco últimos años la entidad ha documentado por lo menos 90 casos de violencia en conexión con el activismo digital.
El 10 de febrero la propia Agora fue víctima de la fuerte censura, al pasar a ser la primera organización en Rusia en ser clausurada (en inglés) por una decisión judicial basada en una ley sobre agentes extranjeros (en inglés).
El parlamento de Rusia aprobó esa ley en 2012, la cual exige a las organizaciones no gubernamentales que se registren en el Ministerio de Justicia como agentes extranjeros si se comprometen en actividades políticas y reciben financiamiento extranjero. La definición legal de actividad política es amplia y vaga, tanto que puede ser aplicada a todos los aspectos de los trabajos de defender causas y derechos humanos.
El bloqueo y el filtraje de la información en línea electrónica sigue siendo el arma preferida del Kremlin para coartar la libertad en Internet. Pero como los activistas digitales han descubierto la manera de eludir esos bloqueos, el estado recientemente cambió su estrategia para ejercer presión sobre los individuos, según Agora.
“Esas auténticas sentencias de prisión por los ‘me gustan’ y por reenviar comentarios y publicaciones tienen por objeto asustar a los ciudadanos para que dejen de hablar sobre los principales problemas de la sociedad”, concluye el informe de Agora.