Los californianos estaban a punto de recibir una enorme sorpresa. En abril, por primera vez, se les ordenó reducir el uso urbano del agua en un 25 por ciento para aliviar el efecto de la constante sequía que azota el estado. “Es un mundo diferente”, dijo el gobernador Jerry Brown cuando anunció las restricciones. “Tenemos que actuar de modo diferente”.
Fue una exigencia dura, pero las ciudades y pueblos en todo el “estado dorado” encararon el desafío. Gracias a medidas de conservación, incluidas posibles multas, superaron el mandato y redujeron su uso combinado en un 27,3 por ciento (en inglés).
La agricultura se adapta
Aún con la reducción del consumo urbano del agua, los agricultores deben cavar más profundo para encontrar agua, puesto que la sequía continúa en su cuarto año. La escasez de agua está impulsándolos a adoptar nuevas tecnologías y prácticas más eficaces.
Algunos están invirtiendo en diferentes tipos de sistemas de riego. Por ejemplo, los agricultores en el centro de California se unieron a su agencia local de agua para construir una planta de tratamiento de aguas residuales (en inglés) que recicla las aguas residuales y las bombea a los campos agrícolas.
En otras partes del estado, los agricultores están cambiando a cosechas que requieren menos agua. En una entrevista con la radiodifusora National Public Radio (NPR), Eric Larson del Departamento de Agricultura del Condado de San Diego (en inglés) mencionó la pitaya, la cual “utiliza muy, muy poca agua, como una alternativa a cosechas que consumen mucha agua.
Soluciones de alta tecnología
Los problemas de agua de California podrían volverse más graves si no llueve este año. Por eso, agricultores, líderes empresariales y autoridades están buscando soluciones innovadoras y a largo plazo, desde la nanotecnología hasta el uso de datos masivos y agricultura de precisión (en inglés). En enero, NASA lanzó un satélite diseñado para estudiar la humedad del suelo y ayudar a los agricultores a gestionar mejor sus cosechas.