Las ciudades estadounidenses se han convertido en laboratorios para nuevas políticas que pretenden reducir el cambio climático, hacer retroceder la degradación medioambiental y apoyar la energía alternativa. Debido a la naturaleza del sistema federal estadounidense, las políticas innovadoras de las ciudades con frecuencia se llegan a adoptar a nivel estatal o nacional, lo que coloca a las ciudades en el centro del movimiento medioambiental.

Desde la década de 1930 hasta hoy, Pittsburgh se ha reinventado como una ciudad ecológica. (izda: Getty Images. Dcha.: Thinkstock)
Desde la década de 1930 hasta hoy, Pittsburgh se ha reinventado como una ciudad ecológica. (izda: Getty Images. Dcha.: Thinkstock)

De columnas de humo a flores

La torre “PNC Plaza” utilizará un 50 por ciento menos de energía que otros edificios de su tamaño. (Foto cedida por Gensler)
La torre “PNC Plaza” utilizará un 50 por ciento menos de energía que otros edificios de su tamaño. (Foto cedida por Gensler)

De ser una metrópolis industrial en declive con fábricas de acero que escupían humo negro y hollín al aire, Pittsburgh se ha transformado en una vibrante ciudad verde. Gracias a la colaboración entre los dirigentes de la ciudad, líderes laborales, empresariales, académicos y grupos sin fines de lucro, proyectos y empresas emergentes y de energía limpia impulsan una nueva economía con empleos ecológicos y bien pagados.

El medioambientalismo de Pittsburgh se nota claramente en su horizonte. Una torre de oficinas de 33 pisos en “PNC Plaza”, inaugurada en otoño de 2015, superará los requisitos más exigentes para la certificación del Consejo de Edificios Verdes de Estados Unidos en cuanto a diseño sostenible. La empresa de servicios financieros PNC espera que las características a continuación hagan del edificio el rascacielos más ecológico del mundo:

  • Un sistema de temperatura geotérmico que opera a partir de un río por debajo de la ciudad, ayudando a enfriar y calentar el edificio.
  • Una chimenea solar que toma aire fresco para ventilación y lo “exhala” por el tejado, absorbiendo además luz solar para calentar el edificio.
  • Una fachada de doble cara compuesta por dos paneles de cristal separados que pueden abrirse para permitir la entrada de aire fresco. Los empleados pueden entrar al espacio entre los paneles de cristal para dar un paseo “al aire libre”.

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