El anuncio de Bill Gates, fundador de Microsoft, sobre la creación de la poderosa coalición energética Breakthrough Energy Coalition (en inglés) en la cumbre de París sobre el clima en diciembre, fue algo muy importante. Jeff Bezos, de Amazon; Mark Zuckerberg, de Facebook; Jack Ma, de de Alibaba; los magnates empresarios indios Mukesh Ambani y Ratan Tata, y el fundador de Virgin, Richard Branson se cuentan entre los socios corporativos e institucionales de esta alianza multimillonaria para invertir en tecnologías de energías no contaminantes.

La coalición Breakthrough puede que cuente con una potencia estelar, pero no es el único grupo dedicado a reducir las emisiones perjudiciales. Las coaliciones para fomentar la innovación y la inversión en las políticas para el avance de las energías limpias trabajan desde hace años, y están ganando un renovado impulso debido a que los gobiernos se unen a las corporaciones y a otras partes interesadas para poner freno al calentamiento global.

Torre Eiffel iluminada con un cartel que dice “Action Now” (Acción ya) (© AP Images).
El acuerdo de París aumentó el interés por las energías limpias y las inversiones en estas (© AP Images).

París fue tan solo el principio

La cumbre climática de París en la cual la mayoría de los países del mundo se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero durante las próximas décadas, dio impulso a organizaciones como Ceres (en inglés). Inicialmente llamada “Coalición por las economías ambientalmente responsables”, Ceres ha estado movilizando a líderes empresariales para actuar en favor del medioambiente e influir sobre los responsables de las políticas para que aprueben normas que fomenten las inversiones en negocios ecológicos, o verdes, desde 1989.

En una reciente publicación de blog, la presidenta de Ceres, Mindy Lubber, dijo que independientemente de lo alentador que resulte el acuerdo de París, su compromiso para lograr que las emisiones netas de carbono sean nulas y mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2 °C requerirá acciones más firmes. “Las inversiones mundiales en energías limpias aún son solo una fracción de la reducción de la contaminación por carbono necesaria”, escribió. Lubber menciona que la Agencia Internacional de la Energía calcula que será necesaria una inversión de 16,5 billones de dólares durante los próximos 15 años para reducir las emisiones lo suficiente como para cumplir la meta de París.

La coalición We Mean Business (“Nos lo tomamos en serio¨, en inglés), creada en 2013, es un grupo de organizaciones que pretende acelerar la transición de las empresas y los inversores mundiales a una economía con bajas emisiones de carbono. “We Mean Business” promueve políticas gubernamentales que favorezcan fuertemente los negocios verdes y exijan transparencia en los informes sobre avances en materia ambiental. La meta es establecer un entorno de políticas que motive a las empresas a innovar en materia de energía limpia, a invertir en esta y, en última instancia, a aumentar su uso.

El grupo RE100 (en inglés) mira hacia el futuro. Su nombre se refiere a su misión: 23 empresas destacadas se comprometieron a usar solo energías renovables, algunas en tan solo seis años. Entre ellas Ikea, Mars, Nestlé, Unilever y BT. Ahora, dos años después de la creación de RE100, casi 50 empresas se les han unido, la última ha sido Google.

Automóvil de carreras con su conductor (© AP Images).
“La forma antigua de hacer negocios ha llegado a su fin”, afirmó Alejandro Agag, cuya Formula E ha despegado, como lo demuestra este auto de carreras eléctrico que compite en el ePrix de Mónaco (© AP Images).

La carrera para detener el calentamiento global

Las empresas están obligadas a mantener una competencia feroz. Muchos ahora se han embarcado en una carrera para detener sus propias emisiones de carbono y poner freno al calentamiento global. Ikea invierte 1900 millones de dólares en sistemas de generación eléctrica dentro y fuera de sus instalaciones, que incluyen la generación de energía solar y eólica. Algunos de los camiones que usa Ikea para sus entregas funcionan con biocombustibles. Una de sus instalaciones rusas alimenta la iluminación con una caldera de biomasa. Y para fomentar el uso de los vehículos eléctricos, Ikea ha instalado puntos de carga (algunos de los cuales pueden cargar rápidamente un vehículo al 80 % de su capacidad en 30 minutos) en las tiendas de sus mayores mercados en 18 países. El jefe de sostenibilidad del grupo Ikea, Steve Howard, dijo que llamar “alternativas” a las energías renovables no les hace ningún favor; son “energías convencionales sensatas”.

Unilever ha ahorrado 1 millón de toneladas de dióxido de carbono en sus operaciones desde 2008. Aún mejor, pretende generar el 100 por ciento de sus necesidades energéticas —y un excedente para compartir— a partir de energías renovables para 2020.

Infosys, la consultora y gigante tecnológico de la India, está poniendo en uso energía solar a lo grande: cuenta con una instalación de dos megavatios que ya alimenta algunas de sus instalaciones y planea otra de 50 megavatios para el futuro.

Google, por su parte, comprará 2 gigavatios (2.000 millones de vatios) de energía renovable.

Desde 2012, los pilotos de carreras compiten en autos eléctricos. “La forma antigua de hacer negocios ha llegado a su fin”, declaró Alejandro Agag, director de la empresa de carreras de autos eléctricos Formula E, a Climate TV (en inglés). “Ahora la sostenibilidad es básicamente la mejor forma de hacer negocios, porque […] tiene sentido desde un punto de vista financiero”.