
Millones de turistas y figuras de los negocios internacionales visitan las embajadas y consulados de Estados Unidos cada año para obtener visados, y los funcionarios del servicio diplomático con los que se encuentran ayudan a formar sus primeras impresiones de Estados Unidos.
Esos representantes son, como el pueblo de Estados Unidos, cada vez más diversos.
“La fuerza laboral del Departamento de Estado debe, por necesidad, ser diversa en todos los sentidos de la palabra, en términos de raza, religión, antecedentes y más”, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo a los senadores en su audiencia de confirmación.
Impulsar la contratación de personas diversas es una parte integral del plan del Secretario para fortalecer la diplomacia estadounidense, dijo Kiron Skinner, asesor principal de Pompeo y director de planificación de políticas del Departamento de Estado. “Y eso no significa diversidad solo en términos de raza o género, sino también en cuanto a reunir una amplia gama de perspectivas y antecedentes”, dijo.
Es probable que una generación más diversa de diplomáticos estadounidenses sea culturalmente consciente, adaptable, completa y ágil; en pocas palabras, bien adecuada para encontrar formas creativas de abordar problemas complejos, como el terrorismo, la trata de personas y tráfico de drogas, la ciberdelincuencia y las crisis de salud pública.
La diversidad en un cuerpo diplomático que promueve los intereses de Estados Unidos en el mundo es importante: Los diplomáticos reflejan la propia diversidad de Estados Unidos.
En el año fiscal 2017 casi el 22 por ciento de los funcionarios del servicio exterior contratados fueron afroestadounidenses, un aumento de casi el 10 por ciento en comparación con el año anterior. También el 11,4 por ciento fueron de origen hispanos, en comparación con el 8,9 por ciento anterior. Casi la mitad de los contratados fueron mujeres, lo que también supone un aumento.
La visión de Pompeo de un cuerpo diplomático que se asemeje al mosaico étnico de Estados Unidos “es clave para asegurar que el Departamento de Estado sea un lugar [a donde] los estadounidenses de todas las razas quieran venir y servir a la nación”, dijo Skinner.
Los empleados del servicio diplomático de diversos orígenes pueden unirse a una serie de grupos de afinidad, que se reúnen regularmente para fomentar el apoyo a las carreras de sus miembros.