Desde la ocupación de Crimea en marzo de 2014, las autoridades rusas han señalado y perseguido a los tártaros de Crimea, un grupo étnico autóctono de aproximadamente 300.000 personas. El último acontecimiento en esta alarmante situación es el cierre reciente (en inglés) de 11 de los 12 medios de prensa en lengua tártara que operan en Crimea.

Denegación de licencias a los medios

Hace un año aproximadamente, las autoridades de la ocupación rusa dieron plazo a todos los medios de prensa de Crimea hasta la medianoche del 1 de abril de 2015 para solicitar las nuevas licencias rusas de operación de medios de comunicación. La cadena de televisión ATR TV, establecida como el primer canal dedicado a los tártaros de Crimea, sufrió el rechazo de tres de sus solicitudes desde octubre de 2014, en tanto que su cuarta solicitud no recibió ninguna respuesta. QHA, otra consolidada agencia de noticias tártara en Crimea, recibió dos veces respuestas negativas a su solicitud de nuevo registro y en consecuencia no volvió a presentar solicitud.

Los medios de comunicación que no recibieron una licencia de Rusia en la fecha límite serán sometidos a un proceso judicial en virtud de la legislación rusa y enfrentan graves consecuencias, entre estas enormes multas, confiscación de equipos e imputación de cargos penales.

Condenan cierres

A pesar de la condena de Crimea y de otros ante las injustas decisiones de Rusia sobre las licencias de operación, varios medios en lengua tártara han tenido que cerrar. Existen muchos llamados a Rusia para que se devuelvan los derechos de emisión a los medios de comunicación que fueron cerrados:

  • En un comunicado del 2 de abril (en inglés) la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Marie Harf, declaró que Estados Unidos “condena a Rusia por no respetar los derechos humanos de quienes permanecen en Crimea y por su desconsideración a la libertad de prensa”.
  • La Unión Europea (en inglés) expresó que el pueblo de Crimea “merece un acceso sin impedimentos a la pluralidad de medios” e hizo un llamado al “respeto absoluto por los derechos y libertades fundamentales de todos los habitantes de Crimea”.
  • Denis Krivosheev, director adjunto del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional, consideró el cierre (en inglés) “un crudo intento de acallar a los medios independientes, amordazar las voces disidentes e intimidar a la comunidad tártara en Crimea”.

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