Justo antes de que un terremoto de 9,0 grados de magnitud, asolara Japón el 11 de marzo de 2011, el turista Mark Avancena (en inglés) recuerda que se produjo “un silencio extraño, como si el mundo se hubiera detenido”. Luego “comenzó el terremoto y parecía que nunca iba a terminar”.

El sismo y el maremoto provocaron la muerte confirmada de 15.894 personas (en inglés). Se trataba del cuarto terremoto más grande nunca registrado y el más fuerte en azotar Japón.

La administración Obama se comprometió a enviar ayuda y declaró que “Estados Unidos estará con Japón (en inglés) durante su recuperación y reconstrucción”.

Incluso cuando el gobierno de Estados Unidos tomaba medidas el pueblo estadounidense se hizo presente donando 730 millones de dólares a servicios caritativos y a las organizaciones de auxilio para las víctimas del desastre. El Centro de Intercambio Internacional de Japón (Japan Center for International Exchange, JCIE, en inglés) dijo que se trataba “de la respuesta filantrópica más grande en la historia de Estados Unidos para un desastre extranjero en otro país desarrollado”.

Y luego, el centro agregó que “los nuevos lazos entre japoneses y estadounidenses, las organizaciones humanitarias”, deben significar una cooperación más profunda en caso de futuros desastres. Un ejemplo: luego de trabajar juntos tras el terremoto en Japón el “Corps Mercy” (Cuerpo de la Misericordia), con sede en Estados Unidos, y “Peace Winds” (Vientos de Paz), con sede en Japón, respondieron para colaborar en Níger, afectado por una mortífera sequía. De manera similar el Servicio Mundial de Iglesias se sumó a la ONG “Peace Boat” (Barco de la Paz) de Japón, para ayudar después de que un tifón asolara Filipinas.

La creciente cooperación excede la ayuda en caso de desastres. Establecido hace un año, luego del terremoto, un nuevo programa de intercambios, la Iniciativa TOMODACHI (en inglés) establece lazos educativos y académicos, deportivos y culturales, de liderazgo y empresariales. Más de la mitad de sus participantes son de la región de Tohoku, la más afectada por el desastre.