
Los grandes avances en la salud pública mundial pueden perderse debido a la plaga de medicamentos falsificados y que no cumplen con las normas ofrecidos en farmacias de todas partes.
Novedosas medicinas han salvado vidas del VIH/SIDA, malaria y tuberculosis, pero cuando los patógenos que provocan las enfermedades encuentran medicamentos falsificados es posible que la enfermedad gane y que el paciente pierda.
“La pandemia de medicamentos falsificados o que no cumplen con las normas es amplia y subestimada, particularmente en los países de medianos y bajos ingresos, donde los sistemas reguladores para los medicamentos son débiles o no existen”, dice Jim Herrington, coeditor de una edición especial dedicada a este problema de la revista estadounidense de medicina tropical American Journal of Tropical Medicine and Hygiene (en inglés).
Científicos inspeccionaron casi 17.000 muestras de medicamentos para verificar la calidad y el cumplimiento de las especificaciones de los fabricantes legítimos de los ingredientes de los fármacos. Los investigadores hallaron medicamentos que no cumplen con las normas o falsificados en diferentes niveles en una amplia variedad de muestras, de niveles tan bajos como el 9 por ciento hasta de un 41 por ciento.

Los investigadores describieron un caso ocurrido en 2013 cuando más de 122.000 niños de África sucumbieron a la malaria, luego de haber sido tratados con medicamentos falsificados.
La tuberculosis se ha hecho más resistente a las medicinas que eran eficaces para su tratamiento en el pasado, posiblemente porque los medicamentos que no cumplen con las normas ayudan a la bacteria de la tuberculosis a elaborar nuevas defensas en contra de los fármacos.
La publicación también ofrece posibles soluciones, entre ellas:
Un marco internacional de referencia para prohibir el contrabando farmacéutico y establecer suministros mundiales seguros para la distribución de los fármacos.
Herramientas para ayudar a los médicos a detectar los medicamentos fraudulentos, como instrumentos portátiles de detección elaborados por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos y una prueba con un papel tratado con químicos que cambia de color (en inglés) al ser expuesto a fármacos que no cumplen con las normas de los medicamentos contra la malaria.
Los malos medicamentos no son los únicos productos que no cumplen con las normas en el mercado mundial, y por ello los costos para los consumidores y productores son enormes.