Composición fotográfica de imágenes e información sobre protestas laborales pacíficas en Irán (© Shutterstock, AP Images)

Los trabajadores en Irán se ven cada vez más obligados a elegir entre trabajar silenciosamente sin remuneración o arriesgarse a recibir latigazos por exigir los salarios que se les deben.

Un juez iraní condenó recientemente a 16 trabajadores a 30 latigazos y ocho meses de prisión por protestar por salarios impagados, parte de la creciente represión del régimen contra los trabajadores que exigen derechos básicos.

Las sentencias dictadas en agosto se derivan de las protestas de esta primavera en el complejo industrial Haft Tapeh de caña de azúcar, en la provincia de Khuzestan, en el suroeste de Irán, donde los trabajadores exigieron dos meses de atrasos salariales.

“El año pasado, las autoridades iraníes intensificaron la presión ejercida contra los sindicalistas y otros trabajadores que protestan por sus derechos laborales”, indica un informe de la ONU de 18 de julio sobre derechos humanos en la República Islámica de Irán.

Tuit:
Organización de Derechos Humanos en Irán (IranHumanRights.org) @ICHRI
Dieciséis trabajadores de la planta procesadora de azúcar de Haft Tappeh en el suroeste de Irán https://ichri.org/2XBeWdJ  han recibido condenas suspendidas de ocho meses en prisión y 30 latigazos, según informes de los medios estatales. Se les procesó por presumiblemente haberse unido a manifestaciones por salaries impagados.
12:24 horas – 27 de agosto de 2019
(Enlaces y etiquetas en inglés)

Camioneros, maestros y trabajadores de fábricas han sido intimidados, arrestados y acusados de delitos que van desde “difundir propaganda contra el Estado” hasta “perturbar el orden público y la paz al participar en reuniones ilegales”, lo que ha dado lugar a penas de prisión y azotes, según el informe.

La periodista Marzieh Amiri fue condenada a 10 años y 148 latigazos por simplemente haber informado sobre un reciente mitin laboral. Se espera que cumpla seis años de esa condena.

La ONU ha considerado que los latigazos equivalen a tortura.

Consideren este ejemplo de 2018: Un activista sindical iraní fue condenado a cinco años de prisión por distribuir galletas a conductores de autobuses que pedían salarios más altos.

El castigo del régimen a las protestas pacíficas de los trabajadores va en contra de la constitución iraní, que permite las reuniones y marchas públicas. A pesar de las supuestas protecciones, los grupos de derechos humanos dicen que el encarcelamiento de los defensores de los derechos laborales continúa.

Según el Centro de Derechos Humanos de Irán, el régimen arrestó a varios defensores laborales el 3 de agosto agrupados en el exterior del Tribunal Revolucionario de Teherán. Pretendían asistir al juicio de los defensores de los trabajadores que asistieron a las protestas laborales de las plantas azucareras.

El régimen iraní también se dirige habitualmente a periodistas y abogados de derechos humanos. En abril, Reporteros sin Fronteras clasificó a Irán en el puesto 170 de un total de 180 en su Índice Mundial de Libertad de Prensa anual, citando el aumento de las detenciones de periodistas iraníes que informan sobre protestas contra el gobierno.