Se trata de una situación familiar en muchos países: concentraciones durante las cuales los candidatos políticos hacen llover camisetas, alimentos o regalos en efectivo entre el público. Esta práctica existe en algunas partes del mundo desde hace siglos, los candidatos creen que el dinero bien colocado les proporcionará lealtad en las urnas.
Se trata de una práctica de mala gobernanza… y no funciona.
“Mientras [usted, el votante] crea que el voto es secreto”, dijo Nic Cheeseman, de la Universidad de Oxford, “hay un incentivo para que acepte dinero de todos y vote guiándose por su conciencia de todas maneras”.
La profesora Jenny Guardado respalda este argumento. Esta politóloga y docente en la Escuela de Relaciones Exteriores de la Universidad de Georgetown señala el Afrobarómetro (en inglés), una organización de investigación panafricana. Los investigadores informan que en toda el África subsahariana los votantes están muy convencidos de que su voto es secreto. En los países africanos, dijo Guardado, “el 55% de quienes recibieron dádivas lo hicieron de más de un partido”. Esa gente vota a conciencia o “usa algún otro tipo de guía”, dijo.

¿Por qué tratar de comprar el voto?
Si en realidad los votos no se pueden comprar, ¿por qué regalan dinero los candidatos?
“Creo que los candidatos no regalan dinero porque creen que se trata de una manera especialmente buena de ganar una elección, sino porque los votantes lo exigen”, dijo Cheeseman.
Muchos candidatos perciben la “compra de votos” como una práctica cara e ineficaz, pero los votantes deben tomar conciencia de los problemas que generan al aceptar estas dádivas. Cuando los candidatos regalan dinero, es muy posible que aumente la corrupción, ya que los funcionarios quedan en deuda con personas que no son aquellas a quienes supuestamente deben servir.
Cheeseman comenta que ha conversado con miembros de los parlamentos de varios países africanos, quienes dicen que sus colegas son vulnerables a la corrupción debido a lo caro que les resulta ser elegidos. “Y las elecciones pueden costar cuatro o cinco veces el salario anual de un miembro del parlamento”, dijo Cheeseman. “Así, las finanzas electorales quedan atrapadas en un ciclo de corrupción política”.
Cheeseman ofrece un consejo los funcionarios que enfrentan una reelección: “Si usted puede demostrar que construyó una escuela en su comunidad, la comunidad votará por usted mucho más que si les da pequeñas cantidades de efectivo en el período previo al día de las elecciones”.
Si desea asumir un rol de liderazgo para mejorar su comunidad, considere estas sugerencias para organizar eventos voluntarios.