
Estados Unidos se asocia con otros países y organizaciones internacionales para proteger y potenciar a los trabajadores de todo el mundo.
Apoyando a los grupos laborales internacionales e impulsando proyectos de comercio y desarrollo, Estados Unidos contribuye a la protección de los derechos de los trabajadores y a la mejora de las condiciones laborales de muchos de ellos.
El secretario de Estado Antony J. Blinken, en un discurso pronunciado el 19 de abril sobre la importancia de los empleos ecológicos para hacer frente al cambio climático (en inglés), defendió la importancia de las inversiones que se hacen “respetando los derechos de los trabajadores, dando voz a la población local”.

Los esfuerzos de Estados Unidos en los derechos laborales se producen cuando estos están amenazados en muchos lugares. El Centro de Solidaridad, la mayor organización internacional de derechos de los trabajadores con sede en Estados Unidos, afirma que en 2020 muchos gobiernos y empleadores utilizaron la pandemia de COVID-19 como excusa para restringir la libertad de asociación y los derechos de negociación colectiva.
Estados Unidos es el mayor financiador de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un organismo de la ONU que establece normas laborales internacionales y promueve los derechos de los trabajadores. En enero, la OIT anunció que los esfuerzos internacionales, incluido el apoyo a la supervisión por parte de terceros de las prácticas laborales en la industria algodonera de Uzbekistán (en inglés), mejoraron los derechos de los trabajadores y pusieron fin al uso sistemático del trabajo infantil y forzado.
El gobierno uzbeko ha suprimido las cuotas de producción de algodón y ha aumentado considerablemente el salario de los recolectores. Es necesario avanzar más para erradicar el trabajo forzado y proteger los derechos de los trabajadores uzbekos, pero las medidas tomadas hasta ahora son alentadoras.
“Cuando era una niña, desgraciadamente perdíamos muchas clases en la escuela debido a la cosecha de algodón”, dijo a la OIT Dilshoda Shodmonova, una activista laboral de Uzbekistán. “Hoy, gracias a las reformas, mi propia hija puede ir a la escuela sin interrupciones y recibir su educación”.
Estados Unidos también aprovecha los acuerdos comerciales para reforzar los derechos de los trabajadores en otros países. En octubre de 2020, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos archivó una revisión después de que Georgia aprobara una ley que permitía a los funcionarios de trabajo realizar inspecciones sin previo aviso y hacer cumplir las normas laborales internacionales en toda la economía.
La revisión, llevada a cabo en el marco del programa del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP) de Estados Unidos, podría haber afectado al acceso preferente al mercado de las exportaciones georgianas a Estados Unidos que el programa GSP ofrece para impulsar el desarrollo de los países que comercian con Estados Unidos.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) también apoya los derechos de los trabajadores a través de su programa Global Labor (GLP). Implementado en asociación con el Centro de Solidaridad, el GLP trabaja en más de 30 países como Bangladés, Camboya, Colombia, Liberia (en inglés), Marruecos y Ucrania.

Con financiación de este programa, el Centro de Solidaridad trabajó con socios locales (en inglés) en Camboya para negociar mejores salarios para los trabajadores de hoteles y casinos, así como para ejercer presión para ampliar la cobertura de la legislación sobre el salario mínimo. Y en Bangladés, en junio de 2020, más de 2.000 trabajadores de la industria de la confección consiguieron un nuevo acuerdo que permite la negociación colectiva.
El gobierno de Estados Unidos también apoya los derechos de los trabajadores en su país (en inglés). El 26 de abril, el presidente Biden creó un Grupo de trabajo de la Casa Blanca para garantizar que las políticas federales apoyen el derecho de los trabajadores a organizarse y a la negociación colectiva. La vicepresidenta Harris presidirá el grupo, que incluye a directores de agencias federales.
La afiliación a un sindicato aumenta los salarios y ayuda a los trabajadores a recibir beneficios y a conseguir seguridad laboral, indica la orden ejecutiva de Biden que dio lugar al grupo de trabajo. “La afiliación a un sindicato también da a los trabajadores los medios para construir el poder de asegurar que sus voces sean escuchadas en sus lugares de trabajo, en sus comunidades y en la nación”, añadió el presidente.