Más trabajadores migrantes viven fuera de sus países de nacimiento que nunca antes: 232 millones, o sea, el tres por ciento de la población mundial, según las Naciones Unidas. La mayoría fueron a Estados Unidos, seguido de Rusia y Alemania.
Estados Unidos tiene una historia de activismo de los trabajadores migrantes. En la década de 1950 César Chávez, original de Arizona, y entonces un peón agrícola que iba de un lugar a otro, se convirtió en líder comunitario y luego organizador laboral. Su conocimiento de primera mano de las durezas que enfrentaban los peones agrícolas lo condujeron a establecer un sindicato y organizar protestas allá donde los trabajadores fueran tratados injustamente.

En un movimiento que tuvo el apoyo de 14 millones de estadounidenses, Chávez organizó un boicot nacional contra el consumo de uvas y entró en huelga de hambre en 1968. Lo que es más importante aún, logró protección para los peones agrícolas contra el favoritismo, soborno y los pesticidas a los que muchos de ellos estaban expuestos en los campos. También logró un aumento en sus salarios y mejoras en sus condiciones de trabajo.
El Día Internacional del Migrante, que se celebra el 18 de diciembre, fue designado por las Naciones Unidas en el año 2000, en un esfuerzo para ayudar a despertar la atención respecto a las muchas maneras que los trabajadores emigrantes benefician a sus países de origen y a sus países anfitriones.
Actualmente los trabajadores tanto originales de un lugar como emigrantes siguen insistiendo en sus derechos y pidiendo mejores condiciones. El movimiento de La Lucha por los 15 (The Fight for 15, en inglés) en Estados Unidos está exigiendo un salario mínimo más alto y el derecho de los trabajadores de los establecimientos de comida rápida y del comercio minorista a formar un sindicato, sin que sufran represalias. El grupo recientemente realizó huelgas laborales de un día de duración en 190 diferentes ciudades de Estados Unidos.