Las convenciones políticas en Estados Unidos son espectáculos coloridos. Imagínate miles de delegados. Ahora añade 15.000 periodistas de la prensa escrita, radio, televisión e Internet. No olvides los discursos. Un legislador de Illinois poco conocido, llamado Barack Obama, atrajo por primera vez atención nacional cuando pronunció su discurso en la Convención Nacional Demócrata de 2004.
Y globos. Muchos globos. Los republicanos hicieron que 120.000 globos cayeran de las vigas durante la Convención Republicana celebrada en 2012.
Para los estadounidenses a los que les gusta la política, las convenciones de los grandes partidos políticos son como el Super Bowl; estos eventos son realmente entretenidos, siempre gana alguien y, además, puedes verlos por televisión.
No es solo diversión
A pesar del esplendor, las convenciones políticas en Estados Unidos tienen un fin muy importante. Durante cuatro días (del 18 al 21 de julio para los republicanos y del 25 al 28 de julio para los demócratas), en cada convención:
- Se eligen los candidatos a presidente y vicepresidente del partido.
- Se intenta generar entusiasmo respecto a esos candidatos.
- Se aprueba la plataforma mediante la cual el partido da a conocer su postura con respecto a los temas de actualidad.
- Se da la oportunidad a otros miembros del partido de comparecer ante un público nacional.
En los dos grandes partidos, una mayoría simple de delegados escoge al candidato presidencial (los delegados habitualmente aprueban al candidato a vicepresidente propuesto por el candidato presidencial). En los últimos años, un candidato, a través de los caucus y elecciones primarias, ha ganado siempre la mayoría de los delegados antes de que comience la convención. Esto significa que existe poco suspense con respecto al candidato presidencial y es por ello que la atención se centra en otros objetivos de la convención.
Si ningún candidato logra alcanzar la mayoría, los delegados votan otra vez… y otra vez, hasta que alguien resulte ganador. Esta situación no se ha dado desde 1952. Sin embargo, era común a comienzos del siglo XX. En 1924, los demócratas precisaban 103 votos para llevar a John W. Davis a la presidencia (perdió).
El reglamento estatal del partido determina cómo votan los delegados. En general en la primera votación deben votar al candidato con el cual están “comprometidos”. Sin embargo, tras esta votación, los delegados pueden decidir apoyar a otro candidato.
El voto en sí mismo es un evento a destacar. Los estados informan sus conteos en orden alfabético. Al mismo tiempo, un delegado informa las cifras totales del estado. Muchos aprovechan esta ocasión para brindarle a la nación una descripción colorida de las contribuciones especiales que su estado en particular realiza a la estructura nacional. Por ejemplo:
“Señora secretaria: Es para mí un orgullo encabezar la delegación de Alabama. ¡Alabama avanza! Tres campeonatos de fútbol en los últimos tres años. [Se escuchan abucheos por parte de otras delegaciones estatales]. Somos pioneros en tecnología de transporte. Contamos con tres plantas de fabricación de primer nivel y con una planta de aeronaves que está próxima a comenzar sus operaciones…”.
Dado que cada partido representa una coalición de intereses, se considera que una convención es exitosa cuando esta consigue unificar todos esos intereses en torno a un objetivo común: ¡elegir al próximo presidente!