Asesinatos en miniatura: La mujer que hizo avanzar las ciencias forenses

¿Cómo se convirtió la heredera Frances Glessner Lee (1878-1962) en una de las criminólogas más conocidas de su época? Una nueva exposición muestra que su ojo para los detalles tuvo mucho que ver con ello. Impulsó su éxito en un campo en el que había pocas mujeres y la ayudó a obtener estatus como la primera capitana de policía en Estados Unidos.

La exposición “Murder is her Hobby: Frances Glessner Lee y los Nutshell Studies of Death” (Los asesinatos son su pasatiempo: Frances Glessner Lee y los estudios en miniatura de muertes inexplicables), que se muestra en la Galería Renwick del Instituto Smithsoniano, exploran 18 intrincadas maquetas de escenas de crímenes que Lee creó en las décadas de 1930 y 1940 para ayudar a los investigadores de homicidios a “declarar culpables, demostrar quien era inocente y encontrar la verdad, en resumen”.

Cocina en miniatura la izquierda y escena en un dormitorio a la derecha con dos muñecos que representan cuerpos sin vida (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
En “Three-Room Dwelling” (Vivienda de tres piezas), una cocina, a la izquierda, se comunica con el dormitorio, a la derecha, donde un matrimonio de hombre y mujer fueron asesinados (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

A primera vista, las escenas de crimen en miniatura de Lee (basadas en casos reales de la policía en Nueva Inglaterra) se asemejan a casas de muñecas, completas con mecedoras, periódicos, trampas para ratones y juguetes infantiles. Pero una mirada más de cerca revela signos de violencia: orificios de bala, manchas de sangre y diminutos cadáveres.

Mujer trabajando en una mesa (© Glessner House Museum/Instituto Smithsoniano)
Frances Glessner Lee trabaja en sus “mini maquetas” a principios de la década de 1940 (© Glessner House Museum/Instituto Smithsoniano)

Cuando Lee comenzó su carrera en el campo policial, dijo la curadora Nora Atkinson, los oficiales de policía recibían poca capacitación y, a menudo, manejaban mal las escenas del crimen. Había pistas que se pasaban por alto y pruebas que se contaminaban, por lo que era difícil enjuiciar a los sospechosos.

Así que Lee creó sus maquetas como herramientas de entrenamiento, dirigidas a perfeccionar el poder de observación de los investigadores, al tiempo que les enseñaba cómo examinar escenas de crímenes.

El entorno doméstico, perturbado

Escena en miniatura de una mujer tirada muerta en el suelo de una cocina (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
En “Kitchen” (Cocina) el cuerpo de un ama de casa aparece tirado cerca del horno. El esposo de la víctima dijo a la policía que la encontró muerta cuando llegó a la casa. (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

El descubrimiento que hizo el lechero

Escena en miniatura de una mujer colgada de una soga (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
En “Attic” (Ático), el cuerpo de una mujer aparece colgado de una soga. La encontró un lechero que vio la puerta de la cocina abierta y entró hasta arriba investigando. (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

Se trata de los detalles

Dos pies con calcetines y un zapato colgando de uno (© Susan Marks/Oficina del Jefe Médico Forense de Baltimore)
Lee reprodujo detalles con realismo como revela esta vista de cerca de una escena de “Attic” (Ático) . (© Susan Marks/Oficina del Jefe Médico Forense de Baltimore)

¿Se cayó o la empujaron?

Salón en miniatura con una muñeca tirada en el piso boca abajo al pie de una escalera (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
La puerta abierta en “Living Room” (Sala de estar) muestra a una mujer muerta al pie de una escalera. Su esposo dijo que la encontró allí sin vida. (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

¿La atrajeron hasta su muerte… ?

Muñeca tirada boca abajo (© Corinne May Botz/Oficina del Jefe Médico Forense de Baltimore)
En “Parsonage Parlor” (Salón parroquial), el cuerpo de una muchacha adolescente aparece tirado en el suelo. Su cuerpo fue encontrado cuatro días después de que desapareciera. (© Corinne May Botz/Oficina del Jefe Médico Forense de Baltimore)

El borracho del pueblo

Escena en miniatura de un perro mirando a un hombre tirado en un sofá en una sala de estar (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
En “Sitting Room & Woodshed” (Sala de estar y madera) un hombre aparece tirado en un sofá. Un médico estableció que la muerte fue causada por alcoholismo agudo. (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

Lee ahora es considerada como “la madrina de las ciencias forenses”, dijo Atkinson, pero el paso de ser “matrona de la sociedad” a ser criminóloga no fue rápido.

Como la mayoría de las mujeres de su época y clase social, Lee se casó joven y no fue a la universidad. Su hermano, sin embargo, asistió a la Universidad de Harvard y trajo a casa a un compañero de clase de la escuela de medicina llamado George Burgess Magrath, descrito por Atkinson como “una especie de Sherlock Holmes de la vida real”.

Escena en miniatura de una mujer ahogada en una bañera (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
En “Dark Bathroom” (Baño oscuro), una mujer fue encontrada muerta en una bañera con el grifo abierto echándole agua a la boca. (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

Magrath, que se convirtió en el jefe médico forense de Boston, obsequiaba a Lee con cuentos sobre investigaciones de muertes, y los dos dialogaron sobre sus casos a lo largo de su amistad de por vida.

Con el tiempo, Lee decidió seguir una carrera en patología forense. Su familia se opuso, creyendo que tal trabajo era demasiado sórdido para una mujer. Pero después de la muerte de su hermano en 1930, Lee, de 52 años, heredó su fortuna y afirmó su independencia.

Sumida en su nuevo campo, Lee observaba escenas de crímenes y autopsias, y concibió la idea de crear maquetas que contaran historias complejas de homicidios, suicidios y muertes accidentales. Lee invitó a detectives y fiscales a estudiar sus “miniaturas”, lo que ayudó a establecer protocolos para recopilar y evaluar evidencias.

Una mujer usa unas pinzas para colocar objetos en una maqueta (Glessner House Museum/Instituto Smithsoniano)
Lee usa pinzas para ajustar un objeto en su maqueta “Dark Bathroom” (Baño oscuro) (Glessner House Museum/Instituto Smithsoniano)

En 1943, Lee se convirtió en la primera mujer capitana de policía en Estados Unidos.

Sus “mini maquetas” se usan todavía en seminarios de capacitación en la Oficina del Jefe Médico Forense de Baltimore. “Informes” sobre las escenas de crimen redactados por Lee que acompañan a cada caso se les entregan a los que se preparan para ser forenses.

Hombre usa linterna para mirar en una maqueta oscura (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)
En la exposición “Murder Is Her Hobby” (Los asesinatos son su pasatiempo) los visitantes reciben linternas para poder ver mejor las maquetas. (Depto. de Estado/S.L. Brukbacher)

Paradójicamente, por medio del arte tradicionalmente femenino de crear “miniaturas”, Lee pudo avanzar en un campo dominado por los hombres. Al hacerlo, revolucionó el trabajo policial e hizo que las ciencias forenses avanzaran.