La mayoría de los estudiantes internacionales que asisten a universidades estadounidenses siguen carreras en administración de empresas, ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología. Pero talentosos músicos jóvenes de América Latina, Asia y otros lugares también afluyen a escuelas de música de renombre, como el conservatorio Escuela de Música Eastman, el cual es parte de la Universidad de Rochester en el estado de Nueva York, y la Escuela Juilliard, en la ciudad de Nueva York.
Algunos de estos pianistas, violinistas, compositores y directores de orquesta ya se han ganado la reputación de ser los mejores de su generación en su lugar de origen. Entonces, ¿por qué buscan obtener un título de una universidad estadounidense?
“Todo lo que había oído sobre Juilliard era que es una escuela de ensueño, increíble, justo en el medio de Nueva York”, dice el violonchelista Max Oppeltz de Venezuela, quien ahora cursa el segundo año en el conservatorio. No fue sólo la reputación de Juilliard lo que hizo que Oppeltz quisiera estudiar música en Estados Unidos. “La educación en Estados Unidos es más amplia”, comentó. “Te enseñan cómo ser un profesional. Te enseñan cómo funciona el mercado”.
Esther Rojas interrumpió una carrera musical exitosa como bajista en su Colombia nativa para estudiar composición contemporánea y producción en Berklee College of Music, en Boston. “Estaba estancada. Quería aprender cosas nuevas”, dice. Además de llevar su música a un nivel superior, Rojas ha descubierto otro beneficio de venir a estudiar a Boston. “Una de las cosas que me encantan de Berklee es que uno está expuesto a la música de muchas culturas: africana, coreana, india. Personalmente, quiero trabajar con música soul y R&B“.

El violinista CheHo Lam de Hong Kong, quien ha tocado en un cuarteto de la escuela Eastman para el presidente Obama después de su segunda toma de posesión del cargo, eligió Eastman “para poder captar información directamente de los profesores que tienen el contacto más estrecho con la cultura occidental”.
Lam dice que decidió participar en la audición de ingreso a Eastman luego de una lección magistral en Hong Kong con un profesor de la institución que había estudiado con “todas las leyendas”, entre otros, David Oistrakh, Isaac Stern y Fritz Kreisler. “A estas personas solo se les puede ver en documentales o en DVD, pero tu profesor es uno de sus alumnos”, dice Lam.
Robert Cutietta, decano del conservatorio Thornton en la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, dice: “A menudo bromeo que cuando entro al elevador, tengo la misma probabilidad de escuchar chino o coreano que inglés. Si uno retrocede medio siglo, todos los artistas debían tener antepasados europeos”. Se calcula que en China hay alrededor de 40 millones de estudiantes de piano y, obviamente, una rica cultura musical. Pero “los tiempos han cambiado”, comenta Cutietta, y “ahora las personas de Asia consideran que su maduración implica estudiar en Estados Unidos”.
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El autor de este articulo es el redactor independiente Christopher Connell. Contribuyó el redactor Mark Trainer.