Luego de la muerte de su padre, y siendo uno de seis hijos de una familia puertorriqueña, Héctor Cortez, cayó en el estilo de vida que llevan las pandillas en Chicago. Él pudo haber fracasado en su vida, pero un religioso local lo impulsó a que terminara la escuela secundaria y siguiera sus estudios en una universidad.

“Me dirigió hacia una pequeña universidad que me aceptó a prueba porque mis calificaciones eran muy malas, y además me ayudó a conseguir una beca. Yo soy el primero de mi familia que se gradúa de una universidad”, relata Cortez.

Luego de 30 años de trabajar en el sector sin fines de lucro, Cortez aceptó un trabajo como director principal en un programa de tutores para hispanos, en la entidad Big Brothers Big Sisters of America (Hermanos Grandes, Hermanas Grandes de Estados Unidos). “Tuve un tutor en mi vida que hizo la diferencia. Quiero devolver eso a una generación de latinos”, explicó.

Un voluntario de “Big Brother” establece lazos con su “pequeño hermano” durante un juego de billar. (Big Brothers Big Sisters)

Los tutores marcan una diferencia

Para niños como Cortez, hallar su lugar en el cauce principal de la sociedad de Estados Unidos puede ser un desafío. Contar con un modelo a seguir es de ayuda, y Big Brothers Big Sisters busca aportar tal persona.

Desde hace más de 100 años la organización aporta tutores voluntarios para ayudar a los niños en desventaja, pero no fue sino hasta 2007 que inició su programa de tutores diseñado para los niños hispanos que viven en Estados Unidos.

El programa ayuda a 400 niños hispanos cada año, de acuerdo con Cortez.

Las familias que consiguen la ayuda de un tutor, explica, con frecuencia viven en comunidades gravemente afectadas por la economía, con escuelas con poco financiamiento. Si bien los niños en general hablan el inglés, es frecuente que por lo menos uno de los padres no lo hable.

Acomodar al tutor con la familia del niño

Los tutores no tienen que ser solamente hispanos, pero deben someterse a una revisión de sus antecedentes, examen de personalidad y entrenamiento extenso, explica Cortez, para poder acomodar al tutor con la familia del niño. “Mientras más fuerte sea el lazo, desde el comienzo, será mucho más duradero”, dijo.

Los tutores pasan cuatro horas al mes con sus “pequeños”, como son llamados los niños que tienen tutor. Visitan museos, comparten juegos y pasean. Cortez destacó que los voluntarios comprometen su tiempo, pero no lo consideran una carga financiera. Con frecuencia una filial de Big Brothers Big Sisters aporta los boletos para la entrada a un partido de béisbol u otra actividad.

Recorrer un museo puede ayudar a dar a un “pequeño hermano” una diferente perspectiva de la vida. (Big Brothers Big Sisters)

Éxito académico

La relación entre el tutor y el niño en general dura dos años o hasta que el niño cumple los 16 años de edad. La mayor parte de los niños en el programa tienen entre ocho y 11 años, pero el programa está tratando de inscribir a niños mayores que enfrentan tentaciones más grandes de conductas riesgosas.

“En la comunidad latina los años en la escuela media son de transición. Uno puede tener un niño muy bien portado en sus primeros años, pero una vez que llega a la escuela media, tienen la tendencia a probar el uso del alcohol, fumar y meterse con pandillas”, dijo Cortez.

El programa trabaja para mantener a los niños en la escuela, dijo Cortez. Aunque las encuestas muestran que la mayoría de los niños hispanos quieren ir a la universidad, explicó, “ellos tienen la pesada carga de tener que trabajar y mantener a los padres, porque los padres se han sacrificado mucho. Ese es el obstáculo principal”.

Los resultados del actual programa de tutelaje son alentadores. Una encuesta de 2009, entre “pequeños” que formaron parte del programa, halló que 70 por ciento fue a una universidad por lo menos durante dos años y que 60 por ciento tenía empleo con una remuneración de más de 70.000 dólares anuales.

El hallazgo más importante quizás sea que muchos de los “pequeños” que formaron parte del programa crecen y se convierten en tutores.

En junio de 2013 Héctor Cortez comenzó en una nueva posición en la Comisión de Servicio de Amigos Estadounidenses (American Friends Service Committee).

Durante el Mes Nacional de la Herencia Hispana, que se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre, Estados Unidos rinde homenaje a la cultura, tradición y la extraordinaria contribución de los estadounidenses con raíces en España, México y las naciones hispano hablantes de América Central, América del Sur y el Caribe.