Las niñas escolares de Nigeria secuestradas hace un año por el grupo terrorista Boko Haram “deberían ser estudiantes en un colegio universitario” y no cautivas, dijo Catherine Russell, embajadora en misión especial de Estados Unidos para Asuntos Globales de la Mujer, en declaraciones al Huffington Post (en inglés).
“En demasiados lugares ser una niña escolar es un asunto peligroso”, porque las niñas enfrentan amenazas de violencia al ir a la escuela y regresar de esta, o en los recreos, si es que de hecho pueden asistir a una escuela, dijo Russell.
En el mundo hay casi 62 millones de niñas, la mitad de ellas adolescentes, que no asisten a la escuela. La educación no solamente les permitiría obtener mejores salarios y tener la posibilidad de una vida mejor, sino también favorecería a sus familias y sus comunidades.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional calcula que el producto interior bruto de un país aumenta un promedio del 3 por ciento cuando el 10 por ciento o más de las niñas van a la escuela. Cada año de escuela secundaria favorece el futuro potencial salarial de una niña en alrededor de un 20 por ciento. De acuerdo con el economista Lawrence Summers, “La inversión en la educación de las niñas podría verdaderamente ser la inversión de mayor retorno disponible en el mundo en desarrollo”.
La embajadora Russell dijo que muchos de los beneficios que resultan de la educación de las niñas inspiraron la iniciativa denominada “Que las niñas aprendan” (Let Girls Learn), iniciada por el presidente Obama y la primera dama Michelle Obama el 3 de marzo.
“Es la señal al mundo de que Estados Unidos está comprometido en apoyar a las niñas adolescentes y su educación, y ver que sus vidas y oportunidades cambien favorablemente”, expresó.