El 7 de marzo el presidente Obama siguió los pasos de los pioneros de los derechos civiles en Estados Unidos al pronunciar un discurso en Selma, Alabama, 50 años después del “Domingo Sangriento” (“Bloody Sunday”).
Al reconocer que se inspira en los héroes del movimiento de los derechos civiles, Obama hizo un llamado a los estadounidenses a construir a partir de esos primeros logros y superar las diferencias que continúan dividiendo la nación. Puede ser difícil, admitió, pero “no tememos al futuro; sino que lo buscamos”.
El presidente recordó a los estadounidenses que su país “es un trabajo constante en progreso” y que la tradición estadounidense de confrontar “verdades incómodas” lo hace más robusto. Llevarlo a cabo de esta manera “requiere la interrupción ocasional, la voluntad de hablar por lo que está correcto, de agitar la situación actual”, dijo.
Momentos clave del discurso:

“Debido a lo que hicieron, las puertas de las oportunidades se abrieron no solo para los afroamericanos, sino para todas las personas que viven en Estados Unidos. Las mujeres marcharon por esas puertas. Los latinos marcharon por esas puertas. Las personas asiáticas, discapacitadas y gays que viven en Estados Unidos salieron por esas puertas”.

“La única y más poderosa palabra en nuestra democracia es la palabra “Nosotros” “Nosotros la gente. “Nosotros venceremos.” “Nosotros podemos”.

“Aseguramos nuestros derechos y responsabilidades por medio de un sistema de gobierno autónomo, llevado a cabo por y para la gente. Es por eso que discutimos y luchamos con tanta pasión y convicción; porque sabemos que nuestros esfuerzos importan”.

“El cambio depende de nuestras acciones, nuestras actitudes, las cosas que le enseñamos a nuestros hijos. Y si hacemos tal esfuerzo, sin importar de qué tan difícil parezca ser a veces, las leyes se pueden pasar, y las conciencias se pueden agitar, y se puede desarrollar un consenso”.

“Desde las calles de Túnez hasta Maidan en Ucrania, esta generación de jóvenes puede sacar fuerza de este lugar, donde la gente sin poder puede cambiar a la potencia más grande del mundo y demandar a sus líderes que expandan las fronteras de la libertad”.