Cuando se inaugure la primera planta eólica en las aguas costeras de Estados Unidos frente a la costa de Rhode Island a mediados de este año, será la primera entre muchas, por la tendencia que con el tiempo proporcionará energía ecológica a una creciente cantidad de estadounidenses.
La empresa Deepwater Wind (en inglés) tiene una planta eólica de cinco turbinas, con un costo de 300 millones de dólares frente a la isla Block, en Rhode Island, que abastecerá a unas 17.000 viviendas con energía eléctrica. Más plantas similares están en proyecto.
Tendencia en aumento
“Las políticas estatales y federales, y la tecnología están llegando al mismo tiempo”, dice Abigail Ross Hopper, directora de la Oficina de Estados Unidos para la Administración de la Energía Oceánica (en inglés). El cambio climático ha creado interés en el viento de las costas, según comenta, y dijo que espera poder ver más plantas eólicas en construcción entre tres y cinco años.
Las áreas apropiadas, con frecuencia cerca de centros poblacionales que carecen de espacio para construir en tierra, han sido identificadas en las costas de siete estados, y la oficina ha concedido 11 arrendamientos comerciales para sitios en el océano Atlántico. Los constructores han solicitado concesiones en el Pacífico para áreas frente a California y Hawái. Y se ha previsto la adjudicación de concesiones para 32 hectáreas frente a Nueva York para la energía eólica comercial este año.

Varios estados tienen ambiciosas metas para la energía limpia que incluyen los vientos frente a las costas. California quiere generar hasta el 50 por ciento de su energía a partir de recursos renovables para el año 2030. Vermont pretende llegar al 55 por ciento el año próximo y Hawái se propone lograr el 100 por cien de su energía a partir de fuentes renovables para el año 2045. Massachusetts y Nueva York también quieren aumentar su dependencia de las fuentes de energía renovables.
De acuerdo con Deepwater Wind, el proyecto de la isla Block está en curso (en inglés) para su inauguración a mediados de 2016. La empresa GE Renewable Energy y el grupo Fred Olsen Windcarrier, de Dinamarca son socios de Deepwater Wind en este proyecto, y contribuyen con docenas de expertos y trabajadores especializados para completarlo.