La ciudad de Cincinnati ha dado la bienvenida a miles de refugiados en los últimos años transcurridos. Sin embargo, cuando llegaron las primeras oleadas, a pesar de que la población local estaba lista para ayudar con todo, desde el transporte a las lecciones de inglés, los recién llegados no siempre encontraban la ayuda que necesitaban.

Es por ello que un grupo sin fines de lucro, llamado RefugeeConnect (Conexión Refugiados, en inglés), estableció un sitio electrónico que pone a los refugiados en contacto con los proveedores de servicios. RefugeeConnect también ofrece becas y clases de inglés. Gerald Ndayishimiye, de 19 años y original de Burundi, entrará en el otoño de 2016 a la Universidad de Cincinnati con la ayuda de una beca de RefugeeConnect.

El programa fue creado por la Liga Junior de Cincinnati, parte de una asociación de grupos de mujeres voluntarias más amplia. En los últimos años RefugeeConnect también ha patrocinado equipos de fútbol. Ndayishimiye dice que el fútbol ayuda a no extrañar tanto el país de origen porque es un deporte “que yo solía jugar antes de trasladarme a Estados Unidos”.

“Al conocer a otros refugiados locales hallamos que el fútbol era algo que nos conectaba a grupos de todo el mundo”, dijo Haley Elkins, de la Liga Junior. “El fútbol es universal y no requiere que los jugadores hablen el mismo idioma”.

RefugeeConnect no es solamente una entidad para conectar a los refugiados con servicios, aunque ello sea importante, dijo. También conecta a los refugiados entre ellos. A medida que los refugiados se van estabilizando el programa los impulsa a ayudar a los nuevos refugiados a reconstruir sus vidas.

Hombre sonriente corriendo en un campo de fútbol (© Dyah K. Miller/Arteologie)
Un equipo listo para su partido en el Día Mundial del Refugiado, en Cincinnati. (© Dyah K. Miller/Arteologie)

El programa de fútbol demostró ser tan popular que RefugeeConnect ahora auspicia un torneo anual por el Día Mundial de los Refugiados. Abierto a todas las edades y a los recién llegados, así como a los residentes de toda la vida, el torneo permite crear nuevas amistades.

En 2016 compitieron unos 200 atletas incluyendo hombres y mujeres. Procedían de Bután, Birmania, Burundi, Colombia, República Democrática del Congo, Ghana, Inglaterra, Kenia, Mauritania, México, Senegal, Estados Unidos y Zimbabue. En el desfile inaugural del torneo los equipos desfilaron con las banderas de sus países de origen. Este año la ceremonia final premió al equipo de Senegal con el trofeo ganador y con boletos para un partido de fútbol del equipo de fútbol profesional de Cincinnati.

En las cercanías, 20 organizaciones celebraron una feria para destacar los servicios de ayuda a los refugiados para tener éxito en los estudios y en los negocios.

Grupo de jugadores abrazados, pisando pelotas de fútbol (© Dyah K. Miller/Arteologie)
Miembros del equipo de la República Democrática del Congo en un torneo en Cincinnati. (© Dyah K. Miller/Arteologie)

Alexandre Merembo, de 20 años y original de Burundi, estudiante en el Conservatorio de Música de la Universidad de Cincinnati, dijo que en algunos lugares los refugiados pueden sentirse olvidados, pero no en Cincinnati, donde las cosas son diferentes.