En septiembre de 2014, la subsidiaria de Google, Calico LLC, y una empresa farmacéutica, AbbVie Inc., anunciaron una sociedad con un valor potencial de 1.500 millones de dólares, con el objetivo de desarrollar tratamientos para el mal de Alzheimer, Parkinson y otras enfermedades relacionadas con la edad.

Para Google, la iniciativa marcó un esfuerzo de expansión más allá de los programas informáticos. Para el Valle del Silicio (Silicon Valley), la región de California conocida por sus empresas tecnológicas y su cultura emprendedora, este emprendimiento abrió las puertas a nuevas áreas de investigación e innovación y para enfrentar al futuro. Para aquellos fuera del valle, el anuncio abrió un espacio de preguntas tales como: ¿Podrá seguir innovando el centro global de tecnología punta y emprendimientos creativos? Si es así, ¿podrá el Valle del Silicio salvar al mundo?

Sembrados donde crecen semiconductores

Los observadores no se ponen de acuerdo en cómo y cuándo empezó esta combinación única de conocimientos tecnológicos y espíritu empresarial que define el Valle del Silicio. Algunos apuntan al garaje de Palo Alto donde, en el año 1939, David Packard y William Hewlett lanzaron su empresa de electrónica. Otros apuntan a William Shockley, coinventor del transistor.

William Shockley, en el medio, con los coinventores del transistor John Bardeen (izda.), y Walter Brattain (dcha.) (Foto cedida).

En el año 1955, Shockley estableció un laboratorio de semiconductores en un sembrado de duraznos ubicado en un valle cerca de San Francisco. Contrató a 12 brillantes investigadores para que lo ayudaran con su trabajo. Tan solo dos años después, ocho de ellos juntaron 3.500 dólares de sus bolsillos para desarrollar un método de producción en masa de transistores de silicio y abandonaron a Shockley para iniciar la empresa “Fairchild Semiconductor”.

Con el paso del tiempo, muchos empleados de Fairchild fundaron sus propios emprendimientos tecnológicos. Y así sucesivamente. Las empresas se dividieron, se separaron y se multiplicaron. La innovación se aceleró. Tal como explica la historiadora Leslie Berlin (en inglés), las habilidades desarrolladas al refinar un producto rentable representan la base del desarrollo del siguiente producto.

Laboratorio de investigación de células madre en la Universidad de Stanford (© AP Images).

¿Qué es lo que hace que el Valle del Silicio sea único?

El valle tuvo algunas ventajas desde el principio. La Universidad de Stanford, que se encuentra muy cerca del valle, aportó conocimientos técnicos; además, durante los años clave posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se centró no solo en los avances teóricos (con ayuda de fondos del gobierno de Estados Unidos para la investigación), sino también en el uso de estos avances para imaginar y crear nuevos productos para el consumidor.

Capitalistas de riesgo, consultores, abogados y otras personas vieron oportunidades comerciales en este modelo. Aprendieron suficiente sobre tecnologías emergentes para evaluar nuevas ideas y apoyar a los emprendedores con conocimientos comerciales e inversión de capital fundamental. En conclusión: en el valle es relativamente fácil que un emprendedor con poco más que una buena idea constituya una empresa con poco dinero.

Muchos han intentado destilar y duplicar la fórmula del Valle del Silicio. Muy pocos lo han logrado. Así que… ¿cuál es el ingrediente secreto?

En una palabra, es la cultura. Se empieza con una fuerte infraestructura tecnológica. Se agrega la leyenda de la Fiebre del Oro de California y un estilo de vida muy relajado. Esta es una receta que atrae a personas con ideas, alta tolerancia al riesgo y poco que perder, afirma Berlin.

Luego, también está la masa crítica. A medida que más empresarios en tecnología llegan al valle, encuentran a más personas como ellos.

“Los entusiastas se retan unos a otros a tener nuevas y mejores ideas”, afirma Ashlee Vance, autor de Geek Silicon Valley. “Los empleados cambian de una empresa a la otra y llevan con ellos conceptos que pueden modificarse levemente para crear una nueva invención”.

En 2007 los empresarios e inventores del valle fundaron “Singularity University” para ayudar a los líderes a “aplicar tecnologías exponenciales para abordar los grandes desafíos de la humanidad”. (Foto cedida).

En otras palabras, crear un lugar donde los emprendedores tecnológicos puedan tender redes y crecer. A medida que crece la cantidad de personas con esta mentalidad, el lugar es cada vez más atractivo para otros.

Otros lugares de Estados Unidos y del mundo han intentado replicar sus propios “Valles del Silicio”. Muchos tienen buenas universidades y mucho dinero. Aun así, con frecuencia fracasan. ¿Por qué?

Los que saben, apuntan a dos elementos intangibles del valle: la pasión y la capacidad de estar abierto.

“Si no eres apasionado por lo que haces, no podrás convencer a otros para que se unan a ti, inviertan en tu idea o te paguen por ella”, señala el emprendedor Jon Grall. “La pasión también te ayuda a atravesar los momentos duros”.

Esto no quiere decir que los empresarios no ganen dinero. Sí que lo ganan, y en muchos casos ganan muchísimo dinero. Sin embargo, para muchos empresarios ambiciosos del sector tecnológico el dinero no es su motivación.

“La posición de Google sostiene que tenemos la responsabilidad de hacer algo asombroso para el mundo”, señaló Sebastian Thrun al Wall Street Journal (en inglés). Thrun, nacido en Alemania, dirige “Google X”, el departamento de investigación avanzada de la empresa.

Algo más acerca de la pasión: Si tienes ganas de hacer algo, “el origen étnico, el color de la piel y el acento no importan”. Estas son las palabras del empresario de la India Yogen Kapadia, quien agrega que en el Valle del Silicio “la capacidad de una persona de tener éxito depende solo de sus ganas de tenerlo, de su capacidad de innovar y de trabajar arduamente”.

La empresa incipiente de Kapadia, Infinote, es de las empresas de tecnología del valle, que llegan casi a la mitad, que tienen al menos un fundador nacido fuera de Estados Unidos. Esta “apertura” ayuda a explicar por qué el Valle del Silicio atrae tanto talento de todas partes del mundo.

Vídeo en inglés:

Un futuro problemático

El objetivo del valle siempre fue inventar el futuro, señala Chong-Moon Lee, editor de The Silicon Valley Edge. ¿Pero no se ha convertido esta ambición en algo demasiado grande incluso para los emprendedores más visionarios?

La misión inicial de Google declaraba nada menos que la organización de la información del mundo y su puesta a disposición y utilidad universal. Recientemente, su director ejecutivo, Larry Page señaló al Financial Times (en inglés) que la empresa “probablemente, podría resolver muchos problemas de la humanidad”.

Hagamos referencia concretamente al emprendimiento de Calico. Representa los esfuerzos de las empresas del sector tecnológico para interrumpir o rehacer radicalmente empresas establecidas en campos desde el transporte (Uber, Tesla Motors) y la educación (Udacity) a la energía (Imergy Power Systems, Bloom Energy) y el espacio aéreo (Skybox Imaging, Planet Labs).

La estrella de fútbol estadounidense Allen Robinson promueve Uber en Jacksonville, Florida. (© AP Images)

Los escépticos han vaticinado la caída del Valle del Silicio hace mucho. En la década de 1970, apuntaron a la falta de petróleo. Luego mencionaron la competencia japonesa y a la burbuja financiera de las páginas “punto com“.

Los escépticos de hoy ven destellos de la decadencia del valle en las desmedidas ambiciones del sector tecnológico. Aún así, el ejercicio fiscal del 2015 fue un año récord, con más patentes, más venta de acciones públicas y una parte mucho más grande que nunca de inversiones dentro del valle.

Solo el tiempo dirá si los empresarios apasionados, abiertos, ambiciosos y brillantes del Valle del Silicio de California pueden, realmente, salvar al mundo.