Los soldados de Estados Unidos y Filipinas combatieron juntos para liberar el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Desde 1951 Estados Unidos y Filipinas tienen un tratado de defensa mutua. Los países han colaborado durante un cuarto de siglo en la guerra global contra el terrorismo.
Sin embargo la estrecha relación entre Estados Unidos y Filipinas no solamente se basa en lazos militares. Ambos comparten valores democráticos, economías de libre mercado y un idioma (el filipino es el idioma oficial pero inglés también lo es). La amistad entre Estados Unidos y Filipinas se basa en sacrificios compartidos y en valores compartidos”, dijo Sung Kim, embajador de Estados Unidos en Filipinas.

Los lazos entre ambos pueblos son muchos. Casi cuatro millones de estadounidenses tienen ascendencia filipina. Cada año unos 650.000 estadounidenses visitan la isla por vacaciones o negocios. Y otros 220.000 ciudadanos de Estados Unidos, incluyendo a muchos veteranos filipinos en el servicio militar de Estados Unidos, residen allí.
Filipinas estuvo entre los primeros países a los cuales el presidente John F. Kennedy envió voluntarios del Cuerpo de Paz en 1961. El programa de intercambio académico Fulbright con Filipinas es uno de los programas de Fulbright de Estados Unidos nunca interrumpidos.

Muchas veces, los dos aliados han permanecido juntos en momentos de dificultad. La policía filipina ayudó a las autoridades estadounidenses a hallar al causante del atentado con bomba contra el Centro Mundial del Comercio en 1993. Estados Unidos entregó millones en ayuda humanitaria tras el súper tifón Yolanda en 2013. El ejército de Estados Unidos proporcionó información de inteligencia y apoyo al reconocimiento a los militares filipinos cuando expulsaron a los militantes islámicos de la ciudad de Marawi en 2017.
“Hay mucha historia común”, afirma José Manuel Romualdez, el embajador filipino en Estados Unidos.
En una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Pew de opinión pública mundial, cinco de cada seis filipinos tienen un criterio favorable a Estados Unidos. Ningún otro país da una respuesta tan positiva. Más de tres cuartas parte de los filipinos expresan su confianza en el presidente Trump, una tasa más alta que la de cualquier otro país.

Los 3,9 millones de estadounidenses de origen filipino conforman el tercer grupo étnico asiático más grande en Estados Unidos. La transición de los filipinos recién llegados a vivir en Estados Unidos se facilita “porque conocen muy bien no solo en el idioma inglés, sino también la cultura de Estados Unidos”, afirma Evelyn Rodríguez, una socióloga de la Universidad de San Francisco.
El embajador Romualdez afirma que la relación entre ambos países ha madurado y que nunca antes ha sido mejor. En el pasado los filipinos “consideraban a Estados Unidos como al hermano mayor”, dice. Actualmente “se trata más de una amistad y una alianza desde hace mucho tiempo. Cuando hacemos algo, lo consultamos uno con el otro”.