Trabajadores del campo de la salud, militares y otras organizaciones tanto de países de África Occidental como de otros lugares del mundo han trabajado arduamente para detener el brote del virus del ébola. Proporcionan suministros médicos a los enfermos y sus cuidadores y entrenan a todos para que conozcan las mejores prácticas higiénicas para evitar que el virus se disemine.
Los niños han estado aislados durante los meses recientes. Muchos han estado enfermos. Algunos han muerto. Pero incluso los niños sanos han sufrido porque el ébola los ha retrasado en sus estudios.



Hoy día, los maestros demuestran la manera de lavarse las manos mientras algunos efectivos militares estadounidenses permanecen ayudando a las comunidades de nuevas maneras. Además, muchos trabajadores sanitarios y capacitadores están en camino.