Ilustración de cable conectado a un enchufe gigante (Depto. de Estado/Doug Thompson)
(Depto. de Estado/Doug Thompson)

Todo el mundo ha visto esas altas torres llenas de cables que cruzan el paisaje. La mayoría de la gente sabe que estas son líneas de transmisión eléctrica, pero lo que quizá no sepan es que están observando una parte de la red eléctrica.

Lo primero que se necesita es electricidad…
Ilustración de turbina eólica, llama de gas natural y barril de petróleo. (Depto. de Estado)

La red eléctrica comienza en los lugares donde se crea la electricidad. Antes la electricidad sólo se generaba en las centrales eléctricas, que usualmente funcionaban con combustibles fósiles (carbón o gas natural) o energía nuclear. Hoy en día existen más opciones y más limpias para la generación de energía.

Esas opciones también pueden reducir los costos. Los recursos energéticos distribuidos, como por ejemplo, paneles solares en la azotea, pueden ser más baratos porque generan electricidad más cerca del hogar. Esto significa que se requieren menos líneas largas de transmisión de energía y otras costosas infraestructuras de red para la distribución centralizada.

Transmisión y distribución
Ilustración de tendido eléctrico. (Depto. de Estado)

Una vez generada la electricidad, ésta debe ser transmitida y distribuida a los consumidores. La red de instalaciones de transmisión y distribución forma la red eléctrica.

Típicamente, la electricidad se transmite a un voltaje muy alto sobre las líneas eléctricas que salpican el campo. Cuanto mayor sea el voltaje, menor será la corriente necesaria para la misma cantidad de energía y, por tanto, menor pérdida de electricidad. (La resistencia a la corriente en las líneas crea el calor que causa algo de la pérdida.)

Cuando la electricidad llega a los vecindarios de los clientes, los transformadores convierten la electricidad de alto voltaje a una tensión más baja para su distribución a hogares y negocios.

Consumidores y “carga”
Ilustración de un cable y un enchufe. (Depto. de Estado)

Cuando la gente utiliza la electricidad para sus luces, computadoras, electrodomésticos, calefacción y refrigeración, la extraen de la red eléctrica. El uso total de los clientes es la “carga demandada”, que debe ser suministrada por los suministradores de energía. Hay horas punta de carga demandada: por la noche, cuando más luces están encendidas, o las horas más calientes o más frías del día. Equilibrar esas cargas de tensión es el aspecto más complicado de la gestión de la red de energía, porque el flujo de energía debe estar perfectamente equilibrado en todo momento para proporcionar exactamente la cantidad correcta de electricidad a los clientes. Los operadores de la red también están aprendiendo a integrar y equilibrar nuevos canales de energía a partir de los recursos energéticos distribuidos para cubrir la demanda.