
Una de las primeras personas que se paró en la cima del mundo fue un inesperado explorador afroestadounidense llamado Matthew Henson.
Henson fue un miembro fundamental de la famosa expedición al Polo Norte de su colega explorador Robert Peary en 1909.
“Aunque es posible que haya sido un héroe anónimo para el resto del mundo, el gran logro de Matthew Henson quedó grabado de manera indeleble en el corazón de los afroestadounidenses”, expresó Edna Medford, presidenta del departamento de historia de la Universidad Howard en Washington, durante un acto en el que se celebraba la exploración a la región del Ártico y se conmemoraba el 150 º cumpleaños de Henson.
Henson fue una de las grandes razones por las que Estados Unidos llegó a ser el primer país que plantó su bandera en el Polo Norte.

“Teniendo en cuenta la tecnología y la ciencia de la época, fue como intentar llegar a la luna”, manifestó el almirante Robert Papp, representante especial para la región del Ártico en el Departamento de Estado de Estados Unidos, durante el evento que se desarrolló en medio de un paisaje artístico con ICEBERGS (en inglés) en el Museo Nacional de la Construcción (National Building Museum).
Conocido como “el Amable”
Henson nació en 1866, inmediatamente después de la Guerra Civil de los Estados Unidos, y enfrentó opciones limitadas. Hijo de unos aparceros de Maryland, Henson partió al océano por primera vez a los 12 años y se convirtió en un marinero experto.
Henson y Peary se conocieron en Washington en 1887, cuando Peary contrató a Henson para que lo acompañara en una expedición a Nicaragua.
“No puedo avanzar sin él”, comentó Peary años después cuando hablaba acerca de sus planes para llegar al Polo Norte con su colega explorador estadounidense Donald MacMillan.
La expedición al Polo Norte llevó nueve meses, desde septiembre de 1908, cuando Henson se unió a Peary y a un grupo de estadounidenses e inuits (indígenas al norte de Groenlandia). El equipo partió desde su campamento en Groenlandia el 28 de febrero de 1909. Luego de atravesar escarpados hielos marinos, los exploradores completaron su viaje de 665 kilómetros el 6 de abril de 1909.
Más que nada, las habilidades, el carácter y la determinación de Henson le permitieron al grupo cumplir su objetivo. Llegó a dominar el idioma inuit y se aseguró de que en la expedición se utilizaran técnicas eficientes de senderismo transmitidas por los inuits a través de generaciones.
Henson “se convirtió instantáneamente en uno de sus extranjeros favoritos”, comentó el bisnieto menor de Henson, Anaukaq Allen Matthew Henson. “Lo aceptaron totalmente como su primo e incluso le pusieron un apodo, ‘Mahri-Paluk’, que significa ‘Matthew, el Amable’”.
MacMillan una vez escribió que “Matthew Henson fue al polo con Peary porque era mejor hombre que cualquiera de nosotros”.

En 1937, Henson se convirtió en el primer afroestadounidense en ser aceptado en el Club de Exploradores, una sociedad de élite de dotados exploradores entre cuyos miembros se incluye al presidente de Estados Unidos Teddy Roosevelt y a Neil Armstrong, la primera persona que pisó la luna.
Henson falleció en Nueva York en 1955. Treinta años después, el presidente Ronald Reagan ordenó que se enterrara a Henson en el cementerio nacional de Arlington para rendir homenaje a sus contribuciones. Los restos de Henson se encuentran al lado de Peary.
En una época en la que la segregación de blancos y negros era legal en Estados Unidos, la expedición de Henson a la región del Ártico en 1909 “desafió las percepciones del mundo con respecto a lo que las personas de color podían llegar a lograr”, dijo Medford.