Hace treinta años, el 26 de abril de 1986, una explosión en una planta nuclear, ubicada a unos 14 kilómetros de la ciudad de Chernobyl, en Ucrania, mató a 28 trabajadores del lugar y causó daños a otros miles de personas que vivían en las cercanías.
La mayor parte de los trabajadores de la planta vivía en Pripyat, a unos dos kilómetros del lugar. Poco después del suceso el pueblo fue abandonado.
“Seguimos pensando en las víctimas”, dijo John Kirby, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos (en inglés). Estados Unidos está recordando el aniversario del desastre comprometiéndose a entregar otros 10 millones de dólares adicionales a Ucrania para ayudar a garantizar la seguridad de las futuras generaciones en las áreas afectadas.
Un esfuerzo internacional está en curso cerca del reactor destruido para construir una estructura en arco llamada “nuevo confinamiento seguro” (en inglés). El diseño pretende proteger el ambiente de los alrededores por los 100 próximos años y facilitar la limpieza segura de Chernobyl (en inglés).
La estructura, que es un prodigio de ingeniería, y pesa más de 27 millones de kilogramos, se elevará hasta una altura suficiente como para albergar la Estatua de la Libertad, alrededor de 92 metros. En noviembre de 2016 será trasladada para cubrir el reactor dañado.
El compromiso de Estados Unidos con Ucrania se suma a los más de 400 millones de dólares que Estados Unidos ya ha aportado para ayudar a restaurar el lugar del accidente y que tenga condiciones ambientales salvas y seguras.
Kirby dijo que Estados Unidos espera seguir trabajando con el gobierno ucraniano y la comunidad internacional “para mejorar la vida de los ucranianos allí y en todo Ucrania”.
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