Tradicionalmente, la calidad del aire se ha monitorizado con dispositivos costosos y complejos. Estas barreras significaban que solamente las agencias gubernamentales y otras grandes organizaciones podían permitirse el lujo de recolectar este tipo de datos. Además, esta información reflejaba la calidad del aire para una región más amplia, no para un área específica.
Ahora, una nueva generación de aparatos asequibles y portátiles está permitiendo un control de la calidad del aire más específico. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) está probando estos dispositivos en ciudades estadounidenses, obteniendo así una mejor idea del aire que sus residentes respiran. A continuación, tres puntos destacados.
Tome asiento

La próxima vez que se siente en un banco del Zoológico Nacional de Washington o del Parque Nacional de Filadelfia, podría ofrecerle más que un descanso.
La EPA está revelando dispositivos de control de la calidad del aire que sirven también de bancos normales. Siete ciudades en Estados Unidos, incluidas Chicago y Kansas City, tendrán prototipos de estas áreas de descanso de alta tecnología como parte del Proyecto de Pueblos Verdes de la EPA.
Estas estaciones de control de calidad del aire funcionan con energía eólica y solar y cada una de ellas está incorporada en la estructura del banco. Sensores de aire miden continuamente los componentes de gas ozono y las partículas materiales, transmitiendo inalámbricamente los resultados en línea.
“Queríamos poner estos dispositivos de monitorización muy cerca de la gente para que fuera algo interactivo”, explicó Ron Williams, uno de los investigadores principales de la EPA. “La gente puede ir a un sitio web y ver un mensaje dinámico con actualizaciones minuto a minuto”.
Ciudadanos científicos

Newark, New Jersey, se encuentra cerca del mayor incinerador de basura y otras instalaciones de gestión de desechos del estado, además de tener una red de importantes autopistas y vías ferroviarias que atraviesan la zona. Naturalmente, los residentes están preocupados por la calidad de su aire.
En colaboración con el grupo ciudadano local Ironbound Community Corporation, la EPA ha diseñado y desplegado cuatro dispositivos del tamaño de una pelota de baloncesto por distintas partes de Newark. El proyecto, conocido como “Monitores de Aire de la Ciencia Ciudadana”, depende de residentes voluntarios que operan los dispositivos, los cuales son fáciles de usar y son trasladados a nuevos lugares cada semana.
“Newark es un programa piloto para este tipo de asociación”, comentó Williams. “Creamos un dispositivo específico para ellos que comienza a operar al girar una llave y empieza a recolectar datos”.
Cada unidad es capaz de medir la humedad, la temperatura y las partículas de dióxido de nitrógeno, que miden 1/30 del diámetro de un cabello humano.
Dé una vuelta en automóvil

Si bien los aparatos como los bancos y los monitores en forma de caja son fijos, la EPA ha desarrollado un método piloto móvil en ciudades como Los Ángeles. Vehículos equipados con una gran antena que cuenta con un equipo de sensores y ubicación en mapa permiten a los reguladores registrar los contaminantes a medida que manejan.
Con los métodos actuales de monitorización del aire, los reguladores solamente pueden tomar muestras de aire limitadas que luego son analizadas en un laboratorio, un proceso que lleva mucho tiempo. Los métodos móviles tienen un mayor alcance, recogen muestras más amplias e informativas que se analizan en tiempo real.
En última instancia, la EPA espera que la tecnología móvil sea asequible para empresas en el sector energético, para que puedan utilizarla en la monitorización de problemas inesperados, tales como fugas de gas de tuberías subterráneas. Respuestas más rápidas permitirían a las compañías contener problemas de calidad del aire e impedir que se extiendan, llevando a una mejora de la seguridad para las comunidades cercanas.