Desde una temprana edad Kyle Horn aspiraba ser un maestro electricista, como su padre y su tío. Ahora él está convirtiendo en una profesión esa ruta probada y cierta: con un ambicionado aprendizaje de cinco años.
“Yo siempre quise estar en ese oficio”, dice Horn, de 29 años, de McHenry, Illinois, que gana mucho más que el salario promedio en Estados Unidos. “Yo creo que el aprendizaje es la manera de hacerlo casi todo”.
El presidente Trump considera que el aprendizaje de oficios es una manera apta para cubrir la falta de trabajadores cualificados en una diversidad de industrias. El presidente quiere duplicar el actual medio millón de aprendizajes registrados en el Departamento del Trabajo de Estados Unidos.
“En la rápidamente cambiante economía de hoy es más importante que nunca preparar a los trabajadores para cubrir tanto los puestos de trabajo que existen como los nuevos, y preparar a los trabajadores para los empleos del futuro”
– Presidente Trump
El aprendizaje se remonta a la Edad Media y todavía florece en Alemania, Suiza y otros países. Proporciona una vía estable hacia empleos bien remunerados y que tienen mucha demanda. Los aprendices ganan dinero aprendiendo mientras trabajan y también toman clases.
Pero los aprendices son apenas el 0,2 por ciento de la fuerza laboral en Estados Unidos, en comparación al dos por ciento en Inglaterra y el 3,7 por ciento en Alemania, según la Academia Nacional de Ciencias.
Horn, un sargento en el personal de la Reserva del Ejército, que prestó servicio dos veces en Iraq, ha casi completado 8.000 horas de capacitación y otras 1.200 horas de clases en un aula. Las clases, una vez a la semana, se realizan en la tarde, luego de una jornada laboral completa.
Un grupo de contratistas y el sindicato de trabajadores de la electricidad en Crystal Lake (Illinois), manejan el programa conjuntamente. Hay programas comparables en todo el país para cientos de oficios.
Casi la mitad están en la construcción: electricistas, carpinteros, soldadores y más. Una cuarta parte de los marineros y uno de cada 14 soldados de Infantería de Marina están matriculados para hacer aprendizajes. Cuidados de la salud, manufactura avanzada y tecnología de la información son campos populares. El salario promedio de un principiante es de 60.000 dólares. Los aprendices ganan hasta 300.000 dólares más durante toda su vida en relación a lo que ganan trabajadores en similares puestos, pero sin haber pasado por un aprendizaje.
Denver @UBCJA_Official is accepting #Apprentice applications Military #Veterans encouraged to apply for more info https://t.co/9xt5qyoO0d pic.twitter.com/NLKJzgizwR
— Helmets to Hardhats (@H2Hjobfairs) November 7, 2017
Tuit:
De los cascos de soldado a los cascos de obra @H2Hjobfairs
Denver @UBCJA_Official (Hermandad Unida de Carpinteros) está aceptando solicitudes a programas de aprendizaje (#Apprentice). Se anima a veteranos (#Veterans) militares a solicitar más información en http://www.HelmetstoHardhats.org/jobs
12:19 horas – 7 de noviembre de 2017
(Enlaces en inglés)
La industria carga con la mayor parte de los costos del aprendizaje, en general decenas de miles de dólares; pero para los empleadores, el surtido confiable de trabajadores cualificados supera los costos.
Más del 90 por ciento de los aprendices consiguen puestos de trabajo fijos en la industria luego de obtener su certificado.
Emily Williams, de 23 años, de Flint (Michigan), está en camino de convertirse en una instaladora de ladrillos y ya está ganando 40.000 dólares al año, más lo que cobra por horas extras y amplios beneficios. “No tengo un puesto de trabajo, tengo una carrera”, dice. “Cada día disfruto yendo al trabajo”.
Horn, que también ha amasado casi todos los créditos universitarios necesarios para lograr un grado de asociado, dice que los beneficios de ser electricista son más que financieros. “Es un sentimiento agradable cuando te llaman para que vayas a un negocio que ha perdido la electricidad. Me encanta ver como se les iluminan los ojos cuando la electricidad regresa”.