Tras asistir a la universidad con una beca deportiva, Seth Jahn pensó que ya habían terminado sus tiempos de fútbol.
“Es el juego bonito, hombre”, admitió, pero quería algo más. “No quería que jugar un deporte definiera mi vida”, dijo.
Pero el fútbol, resultó, no había terminado con él. Jahn está debutando en los Juegos Paralímpicos de Río como cocapitán del equipo de fútbol 7 de Estados Unidos.
Para lograrlo, tuvo primero que superar lesiones de combate en 2010 que sufrió mientras cumplía con su último destino con el Ejército de Estados Unidos en Afganistán. Sufrió graves daños en sus costillas y en la médula espinal, así como una lesión cerebral traumática, cuando el vehículo en el que se encontraba rodó por un precipicio y lo inmovilizó bajo el agua. Los médicos le dijeron que no volvería a caminar.
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Atletas paralímpicos de Estados Unidos @USParalympics
¡Quizá creas que es un tipo duro, pero a Seth Jahn le fascina la música clásica!
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12:16 horas – 11 de marzo de 2016
Pero Jahn sorprendió al personal médico con su progreso. En dos años, ha vuelto a aprender a hablar, y finalmente recuperó la movilidad. En un programa de rehabilitación militar, se le ofreció una prueba con el equipo de fútbol paralímpico.
“Tener la oportunidad de llevar el escudo y la bandera en el hombro de nuevo en una capacidad diferente era una motivación importante”, dijo.
Utilizar el fútbol para tender puentes
El fútbol también le sirvió en el ejército. El entrenamiento con una unidad del Ejército Nacional Afgano tuvo un comienzo difícil. “Había una gran desconexión, no confiaban en nosotros, nosotros no confiábamos en ellos, y estábamos allí para una misión similar”, dijo.
Entonces, un compañero de equipo trajo un balón de fútbol al helipuerto. “Las barreras simplemente se disiparon”.
Se convirtió en una tradición. Los primeros partidos de cinco contra cinco se convirtieron en 10 contra 10, y luego 19 contra 19. Los estadounidenses y afganos comenzaron a reírse entre sí como hermanos, dijo Jahn.
En una semana, uno de los miembros del equipo de Afganistán, que nunca se habría sentido cómodo hablando con los estadounidenses antes de esa fecha, advirtió a Jahn de un ataque por sorpresa inminente.
“Esencialmente, puedo decir con bastante confianza que el fútbol puede haber salvado mi vida”, dijo Jahn.
Mirando hacia adelante
Al clasificarse para el equipo paralímpico en 2014, Jahn dijo que el fútbol 7, su deporte en los Juegos Paralímpicos, es mucho más rápido que el juego tradicional de 11 jugadores por equipo. Se juega en un campo más pequeño y el balón no puede alejarse más de un metro del suelo.
En Río, Jahn, que ahora tiene 33 años de edad, dijo que está deseando jugar con el fenomenal equipo paralímpico brasileño de futbol.
Después de los Juegos Paralímpicos, tiene planeado escalar el monte Everest. Ya ha escalado dos de las “siete cumbres” (el Kilimanjaro y el Elbrus), ambos tras sus lesiones de 2010.
“Todo lo que vale la pena exige un sacrificio”, dijo.
Conoce mejor a los atletas paralímpicos como Jahn en Twitter con la etiqueta #WithoutLimits (sin límites, en inglés). En Río, el torneo de futbito tendrá lugar del 8 al 16 de septiembre.