Hace cincuenta años la ciudad de Selma (Alabama), fue el escenario central del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.
Una de las principales metas del movimiento era asegurar el derecho a votar que fuera otorgado según la enmienda nº 15 de la Constitución de Estados Unidos. A pesar del mandato federal algunos estados y jurisdicciones locales habían creado obstáculos legales que hacían más difícil para los afroestadounidenses acudir a las urnas.
El 7 de marzo de 1965 casi 600 personas decidieron marchar desde Selma hasta Montgomery, la capital del estado, en apoyo del derecho al voto. La policía les impidió el paso por la fuerza mientras cruzaban el puente Edmund Pettus a la salida de Selma.
“Si uno ve algo que no es correcto, que no es cabal, que no es justo, uno tiene la obligación moral de hacer algo al respecto”
-Representante John Lewis
Los que marchaban no se dieron por vencidos. Liderados por Martin Luther King Jr., hicieron el viaje de 87 kilómetros a pie dos semanas después. Para el momento en que llegaron a Montgomery, su numero había crecido hasta los 25.000. Esta manifestación ayudó a crear la voluntad política para aprobar la emblemática Ley de derecho al voto de 1965.
El representante [del Congreso] de Estados Unidos John Lewis, uno de los líderes de la primera marcha sufrió una fractura de cráneo en el día que fuera conocido como “Domingo sangriento” (“Bloody Sunday”). Siente orgullo cuando recuerda lo que los activistas lograron. “No creo que como grupo tuviéramos idea de que nuestros pies al marchar fueran a tener tal efecto 50 años más tarde”, dijo Lewis en una entrevista reciente en televisión.
El presidente Obama tiene pensado unirse a Lewis y a otros en Selma para conmemorar el 50 aniversario de las marchas. Una película reciente titulada “Selma” muestra los acontecimientos que se produjeron en torno a las marchas.