
Estudiantes seleccionados para un programa de verano de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) han seguido realizando investigaciones en 2020, a pesar de que la pandemia de COVID-19 ha hecho que sus planes de vuelo se hayan detenido.
La NASA, que es responsable del programa espacial civil del gobierno de Estados Unidos, selecciona varias docenas de estudiantes universitarios cada año para realizar prácticas en su Programa de Investigación Aerotransportada Estudiantil (SARP). La mayoría de los veranos el programa, que comenzó en 2009, se reúne en la Universidad de California (Irvine) e incluye el vuelo en aviones de investigación.
“Este año, con las restricciones de viaje y distanciamiento social de COVID-19, el SARP puede que esté en tierra, pero la pasantía continúa”, indica una declaración de la NASA del 7 de mayo.
Conocida por enviar astronautas a la luna y ahora preparándose para la exploración de Marte, la NASA busca expandir el conocimiento para el beneficio de la humanidad con sus misiones de descubrimiento.
Los 28 estudiantes seleccionados para el programa de investigación aérea han estado trabajando desde sus casas y colaborando con los científicos de la NASA.
En abril, la NASA envió cerca de mil botes de aire, 24 a cada uno de los pasantes universitarios en todo Estados Unidos; para recoger muestras de la contaminación del aire durante varias etapas de los cierres debidos a COVID-19 en sus estados.
Los estudiantes tomaron muestras de aire en el momento más alto de las órdenes de quedarse en casa, cuando las emisiones eran probablemente las más bajas, y de nuevo cuando los estados volvieron a abrir. Los pasantes planearon enviar las muestras de vuelta a un laboratorio de la Universidad de California (Irvine) para el análisis de casi 100 compuestos en la atmósfera.
Los estudiantes también trabajaron con científicos de la NASA para rastrear los cambios en las emisiones a medida que la actividad humana aumentaba después de que terminaran las cuarentenas y poder comparar las muestras tomadas en 2020 con los datos recogidos por anteriores participantes en el SARP.
Las muestras de aire proporcionarán una idea de cómo los cambios en la actividad humana durante la pandemia COVID-19 afectaron los niveles de contaminación del aire.