La contaminación del aire está agravándose en la India y por toda Asia. Ya ha debilitado el crecimiento económico y provocado muertes prematuras. Incluso amenaza la estabilidad de la India para producir suficientes alimentos para su población Pero hay soluciones para ello.

El científico climático V. Ramanathan califica la situación de “chocante”. Desde hace décadas que investiga en la Universidad de California, San Diego y en otros lugares las ciencias atmosféricas. Su consejo: Actuar ahora.
En un reciente estudio (en inglés) Ramanathan y la coautora Jennifer Burney hallaron que el daño químico por el ozono y los efectos de la contaminación del carbono negro ha destruido el 36 por ciento de las cosechas en la India. En algunos estados de la India las perdidas alcanzan el 50 por ciento. “Dedicamos un año a rehacer nuestros cálculos para estar seguros de no cometer errores”, dijo Ramanathan.

¿Por qué está ocurriendo esto?
Los gases que liberan los vehículos y los camiones, los fuegos al aire libre y las cocinas que queman biomasa contaminan el aire. Las plantas expuestas al ozono se marchitan, reduciendo el resultado de las cosechas. Según dijo Ramanathan, las partículas contaminantes como el carbono negro (en inglés) interceptan la luz solar y reducen las precipitaciones. Esto implica menos producción de arroz y otros productos básicos dependientes de la lluvia.
Utilizando datos de 2005 los científicos han determinado (en inglés) que solamente con la contaminación del ozono se dañan cultivos que podrían alimentar a 94 millones de personas. La contaminación del aire en la India ha empeorado (en inglés) desde entonces, y por ello es posible que esa cifra sea aún más elevada.

La pérdida de cosechas de trigo, arroz y algodón por valor de miles de millones de rupias no es el único problema. Hay una importante consecuencia de enfermedades relacionadas con la contaminación y los costos médicos que causan.
Sin embargo “hay soluciones disponibles”, según Ramanathan. “Son razonablemente directas. Tienen costo, claro, pero cuando se compara el costo de la salud humana con el cambio climático, el costo de mejorar el aire es mucho, mucho, mucho menor”.

¿Cuáles son las formas de arreglarlo?
Al atacar al ozono y al carbono negro se conseguirán resultados rápidos. “No se tiene porqué esperar 20 o 30 años, el efecto será inmediato”, dice Ramanathan.
Muchas tecnologías pueden ser útiles. Es clave el uso generalizado de cocinas eficientes y de bajas emisiones en ciudades y pueblos. Las mujeres prefieren cocinas más eficientes, dijo Ramanathan, como muestra este vídeo (en inglés), pero no pueden costearse una. La microfinanciación o los subsidios dedicados podrían ayudar.
Instalar filtros para las partículas diésel en los camiones, que pueden ser fabricados en la India, comenta Ramanathan, y obligar al uso de combustible diésel con poco sulfuro reduciría los contaminantes.
Los agricultores pueden marcar una gran diferencia al no quemar el desperdicio agrícola, como la paja de arroz y los tallos del trigo. (La restricción a la quema al aire libre, entre otras estrategias, mejoró la calidad del aire en Los Ángeles).
Ramanathan considera que hay que actuar ya e involucrar a todos. Tenemos que “convencer a la gente de que resuelva el problema”, concluye.