Luego que escaparan de la guerra civil Hayat y su prima Yamama han vivido en carpas junto a sus familias en un asentamiento en el Valle de Bekaa en Líbano. Pero, ¿son seguros los campos de refugiados?
Hayat vive con sus padres, cinco hermanas y un hermano, y hace más de un año que salieron juntos de la ciudad de Homs, Siria. Ella y sus hermanos y primos asisten a la escuela, pero Hayat dice con pesar: “Todo es diferente. En nuestra casa mi padre solía llevarnos cada semana al mar y al parque para jugar en los columpios. Pero aquí no hay ningún lugar a donde podamos ir”.
Por su parte Yamama mantiene el optimismo. “En Siria mi escuela era un edificio con aulas para los chicos grandes y otras para los más pequeños. No me importa si voy a una escuela que funciona en una tienda de campaña. Lo que importa es que voy a la escuela”.
Enfoque en las mujeres y las niñas

Los niños refugiados como Hayat y Yamama pagan un precio emocional cuando su vida social y académica es interrumpida por la guerra. Las niñas y las jóvenes de las zonas en conflicto o en los campos de refugiados afrontan peligros más graves porque es mucho más posible que sean víctimas de la violencia sexual que los muchachos.
Desde hace años se realizan esfuerzos para frenar la violencia de género, pero a veces no han dado resultado porque no se dispone de recursos al estallar una crisis, de acuerdo a los expertos de asistencia. Es por ello que el Departamento de Estado creó en 2013 la iniciativa Safe from the Start (A salvo desde el principio, en inglés), con un financiamiento inicial de 10 millones de dólares.
La iniciativa Safe from the Start permite a la UNICEF, a la Cruz Roja Internacional y a otros asociados contratar personal especializado y establecer programas de desarrollo para proteger a las niñas refugiadas. Esos programas les permiten a Hayat y Samama acceso a la atención médica, a deportes y juegos y terapia artística.
Las niñas desplazadas que estaban a acostumbradas a la privacidad se sentían incómodas yendo a baños públicos.
Mejorar la seguridad para los refugiados incluye diseñar campos en los cuales las mujeres y niñas no se vean obligadas a salir de áreas seguras para recoger agua o leña, o para usar las instalaciones sanitarias, dijo Courtney Blake, líder de un equipo de USAID para la protección de género.
Entre los refugiados sirios, las niñas desplazadas que estaban acostumbradas a la privacidad se sentían incómodas yendo a baños públicos, por lo cual los asociados en Safe from the Start construyeron un centro para múltiples propósitos con salas de baño combinadas con instalaciones para lavar ropa.
Hacer de la educación una prioridad

Los padres en los campos de refugiados en general tienen una honda preocupación por la educación de sus hijos, afirma Kristin Frost, experta del Departamento de Estado en ayuda a los refugiados. Su oficina trabaja muy de cerca con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados para apoyar a organizaciones locales en todo el mundo dedicadas a brindar recursos educativos a los refugiados. Esas organizaciones establecen clases en los campos de refugiados y entrenan al personal del campamento a enseñar matemáticas básicas, lectura y otros temas.
Los padres en los campos de refugiados en general tienen una honda preocupación por la educación de sus hijos
Esos grupos también construyen nuevas escuelas para aliviar la presión en las comunidades locales, compran textos de enseñanza y reclutan maestros. “Los padres desplazados tratan de participar activamente en la educación de sus hijos, formando en cada campo comités educativos de padres”, dijo Frost.
La madre de Hayat se preocupa por el futuro de sus hijos y ha tratado de inscribir a sus hijas en una escuela cercana, pero la barrera idiomática en la clase, y el costo de las clases, se lo impidieron.
Por el momento Hayat, sus hermanos y su prima Yamama toman clases en su instalación en la carpa. Y están seguras.
Estados Unidos ha contribuido más de 2.000 millones de dólares para ayudar a los sirios afectados por la guerra civil desde que estallara la crisis en su país.