
¿Qué tienen en común un reparador profesional en California, un trabajador de una iglesia en un recinto universitario de Ohio y un político local en Virginia?
Representan a los incontables estadounidenses que buscan la manera de ayudar a los refugiados sirios e iraquíes, ya sea a los recientemente llegados a Estados Unidos o a los que todavía están en el extranjero.
“Esto no solamente se trata de lo que yo pueda hacer como presidente dijo el presidente Obama (en inglés). “Cada uno de nosotros, desde los ciudadanos a las organizaciones no gubernamentales, podemos ayudar a los refugiados a encontrar un refugio seguro”.
Una labor de amor
El motivo de Doug Walton para invitar al refugiado sirio Mohammed Refai a vivir con él y sus tres compañeros de casa en Toledo, Ohio, puede que te sorprenda.
“Mi respuesta inmediata puede sonar muy cursi, pero yo creo el motivo es el amor”, dijo Walton (en inglés), que es un trabajador de una iglesia en un recinto universitario de Ohio. “Se me avisó que iba a venir y se me dio la oportunidad de ayudarlo”.
Poco después de que Refai se mudara a la casa, Walton llevó a su nuevo amigo sirio a un supermercado con productos de Oriente Medio.
“Y apenas llega al mostrador comienza a hablar en árabe. Y el individuo también le contesta en árabe. Y … todo su aspecto cambió. Es algo, quién lo diría, como un alivio”, dijo Walton.
Refai tuvo muchas más oportunidades de hablar árabe; se le ofreció y aceptó un trabajo en el supermercado. Sus compañeros de casa están aprendiendo de Refai algunas costumbres y sobre las comidas de Oriente Medio e incluso ya saben algo de árabe. Walton y Refai se llaman uno al otro “habibi”, que significa “mi amigo”.
Voluntario … en el otro lado del mundo
Cuando el reparador profesional Bob Maukovich, de Garden Grove (California), vio las imágenes de hombres, mujeres y niños llegando en masa a Europa se ofreció como voluntario en la Cruz Roja y se dirigió a Serbia.
“Esta gente que no quiere morir en una guerra. No quieren ser parte de la pelea, por lo que decidieron partir. Es un autobús detrás de otro y otro…”, dijo Maukovich (en inglés).
Durante un mes el trabajador distribuyó alimentos y abastecimientos en la frontera entre Croacia y Serbia, y al respecto dijo que estaba emocionado por el ánimo de la gente que conoció en esos momentos tan difíciles que pasaban.
En una entrevista por televisión local luego de su viaje a Europa, Maukovich animó a otros a actuar. “Lo que quiero decir a los que están mirando es que hagan algo por los otros en lugar de vivir solo pensando en sí mismos”.
Líderes locales trabajan globalmente
Los políticos de Virginia están haciendo su parte con una iniciativa regional para recolectar abrigos y mantas (en inglés) para los refugiados de Siria y de Iraq. El esfuerzo abarca cuatro países y en los dos años transcurridos ya se han recolectado más de 40.000 mantas y abrigos.
El proyecto comenzó cuando los funcionarios locales de Virginia visitaron un campamento de refugiados en Turquía, donde se les dijo que los residentes necesitaban mantas con urgencia para entrar en calor. A su retorno al país hicieron un llamado a entidades sin fines de lucro y a grupos religiosos, y movilizaron a los voluntarios locales. Las donaciones se repartirán gratuitamente por empresas de transporte locales e internacionales.
“Lo que esa gente quiere en realidad, francamente, es poder volver a su casa”, dijo Robert Lazaro, un exalcalde cuya visita de hace dos años a Turquía inspiró el programa. “Quieren retornar a sus familias y a sus vidas … uno hace lo que puede”.
Una responsabilidad moral
Estados Unidos se ha comprometido a aceptar 10.000 refugiados sirios en 2016 y ha aumentado la cantidad total de refugiados que serán acogidos de 70.000 a 100.000 en los dos años próximos. “Tenemos la responsabilidad moral de hacer lo que podamos por las familias obligadas a dejar sus casas”, dijo el presidente Obama.
Todo esto es parte de la historia de Estados Unidos como pueblo de inmigrantes y como líder al aceptar a los refugiados más vulnerables del mundo. Por medio de asociaciones con nueve agencias locales de reasentamiento (en inglés) que trabajan con comunidades y ciudades de todo el país, Estados Unidos ya ha recibido a más de 650.000 refugiados en la última década, y a más de 3 millones de refugiados desde 1975.