A continuación una traducción de las declaraciones del secretario de Estado John Kerry con motivo de la reapertura de embajadas de Estados Unidos y Cuba respectivamente:
(comienza el texto)
Departamento de Estado de Estados Unidos
Salón Ben Franklin
Washington, DC
[extracto] Comentarios para la prensa del secretario de Estado John Kerry junto con el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba Bruno Rodríguez
SECRETARIO KERRY: Buenas tardes a todos. Estoy muy, muy satisfecho al dar la bienvenida al Departamento de Estado esta tarde a mi colega Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Y les pido disculpas porque hemos llegado un poco tarde, pero estábamos abajo —teníamos mucho de qué hablar, no solamente sobre las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, sino también sobre la región— y pienso que hemos tenido una conversación muy constructiva. Esta es la primera visita al Departamento de Estado por parte de un ministro de Relaciones Exteriores de Cuba desde 1958, y hoy marca también la reanudación de los lazos diplomáticos normales entre nuestros países y la reapertura de nuestras embajadas tras una ruptura que duró 54 años.
Así que es un día histórico; un día para eliminar barreras.
[a continuación el secretario Kerry pronunció unas palabras en español]
Los Estados Unidos acogen con beneplácito el nuevo comienzo de su relación con el pueblo y el Gobierno de Cuba. Estamos decididos a vivir como buenos vecinos sobre la base del respeto mutuo, y queremos que todos nuestros ciudadanos – en los Estados Unidos y en Cuba – miren hacia el futuro con esperanza. Por ello celebramos este día, el veinte de julio, porque hoy empezamos a reparar lo que se ha dañado y a abrir lo que durante demasiado tiempo ha estado cerrado.
[termina original en español]
Este acontecimiento no significa el fin de las diferencias que todavía separan a nuestros gobiernos, pero sí refleja la realidad de que la Guerra Fría terminó hace mucho tiempo, y que los intereses de ambos países son mejor atendidos con el compromiso que con la separación y con que hayamos comenzado un proceso de plena normalización que ciertamente llevará tiempo, pero que también beneficiará a los pueblos tanto de Cuba como de Estados Unidos.
Esta determinación compartida de mirar adelante es lo que impulsó nuestra conversación de hoy y lo que nos ha conducido a este momento. El ministro de Relaciones Exteriores y yo abordamos una amplia variedad de temas de interés mutuo, incluida la cooperación para la aplicación de la ley, la lucha contra el narcotráfico, las telecomunicaciones, el Internet, asuntos medioambientales, de derechos humanos, y la trata de personas. Y por supuesto, también hablamos sobre la apertura de nuestras embajadas.
Queremos asegurarnos de que esas embajadas puedan funcionar plenamente, y tengo la confianza en que los diplomáticos de ambos países tendrán la libertad de viajar y conversar con ciudadanos de todo tipo. Para ayudar a liderar esa iniciativa, me siento alentado por contar con un equipo de embajada de primera categoría en Cuba, encabezado por nuestro encargado, el embajador Jeff De Laurentis, uno de nuestros mejores y más expertos funcionarios públicos. Y felicito al ministro de Relaciones Exteriores Rodríguez por su —por la apertura esta mañana de la Embajada de Cuba aquí en Washington. Espero con interés realizar el 14 de agosto mi primer viaje a Cuba como Secretario de Estado y celebrar una ceremonia semejante en nuestra embajada en La Habana.
Antes de terminar, deseo agradecer a nuestros colegas suizos por el papel crucial que desempeñaron durante muchos años como potencia protectora de lo que obviamente demostró ser un tiempo mucho más prolongado que el originalmente anticipado.
Agradezco a nuestros amigos en el Hemisferio [Occidental] que nos han instado, en ocasiones durante décadas, a restaurar nuestros lazos diplomáticos y a aquellos que han acogido calurosamente nuestra decisión de hacerlo.
Y estoy agradecido por el destacado liderazgo de la secretaria adjunta Roberta Jacobson y por los esfuerzos de los numerosos representantes estadounidenses y cubanos cuyo arduo trabajo ha hecho que este día sea posible.
Además, deseo reconocer el compromiso de todos los que se preocupan por las relaciones entre Estados Unidos y-Cuba, así estén de acuerdo con la decisión de la normalización o no. El cambio no suele ser fácil, especialmente cuando las posturas anteriores han estado tan profundamente arraigadas y se han sentido también tan profundamente. Pero aunque podemos y debemos aprender del pasado, nada es más inútil que intentar vivir en el pasado. El presidente Obama cree —y yo también— que nuestros ciudadanos se benefician mucho más con políticas que pretenden dar forma a un futuro mejor.
Al fin y al cabo, no hay nada que perder —y mucho que ganar— al animar a viajar entre nuestros países, a la libre circulación de información e ideas, a la reactivación del comercio y la eliminación de obstáculos que han dificultado que las familias visiten a sus seres queridos.
No se equivoquen, el proceso de normalizar completamente las relaciones entre Estados Unidos y Cuba continuará. Puede ser largo y complejo. Pero en el camino, seguramente encontraremos alguno que otro tropiezo e incluso momentos de frustración. Se necesitará paciencia. Pero esta es una razón más para comenzar ahora este camino, este camino que debía haberse emprendido hace mucho tiempo.
Hoy, con la apertura de nuestras embajadas y la visita del ministro de Relaciones Exteriores, estamos dando un paso histórico en la dirección correcta que se debió dar hace tiempo. Para continuar avanzando, ambos gobiernos deben proceder con un espíritu de apertura y respeto mutuo.
“Puedo asegurarles a todos, incluyendo al pueblo Cubano, que los Estados Unidos hará su parte”
[a continuación el secretario Kerry pronunció la misma frase en español]
Puedo asegurarles a todos, incluyendo al pueblo Cubano, que los Estados Unidos hará su parte.
[termina la frase]
Y ahora es un placer ceder la palabra a nuestro invitado, el ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez.
(termina el texto)