
Los estadounidenses figuran entre los pueblos del mundo que se conduelen por la pérdida de Desmond Tutu, que ayudó a terminar con la era del apartheid en Sudáfrica y fue un defensor de los derechos humanos y de la igualdad en todo el mundo. Tutu falleció el 26 de diciembre a los 90 años de edad.
Nacido en la pobreza Tutu ascendió en el seno de la Iglesia anglicana (en inglés) y desafió el sistema de segregación racial del apartheid en Sudáfrica. Luego de contribuir a la transición hacia la democracia en su país, Tutu dirigió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica, que mostró en detalle los horrores del apartheid e impulsó el perdón y la sanación.
El presidente Biden destacó el compromiso de Tutu con la verdad, la justicia, la igualdad y la reconciliación como una inspiración en la lucha contra el racismo y el extremismo de hoy día.
“Desmond Tutu se guió por su llamado espiritual para crear un mundo mejor, más libre y más igualitario”, expresaron Biden y la primera dama Jill Biden, en una declaración el 26 de diciembre. “Su legado trasciende fronteras y tendrá eco a través de las eras”.
Tutu, un incansable defensor de la democracia y los derechos humanos, era determinado, compasivo y optimista. Predicaba (en inglés) que perdonar no se trata de olvidar sino de una oportunidad para una segunda posibilidad.

Los esfuerzos de Tutu para acabar con el apartheid le llevaron a ganar el premio Nobel de la Paz en 1984. En 2009, el entonces presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, la distinción civil más alta en Estados Unidos.
A continuación cómo algunos funcionarios y líderes cívicos de Estados Unidos describen el perdurable legado de Tutu:
La vicepresidenta Harris dijo: “Inspiró a millones, no solamente en Sudáfrica, sino en todo el mundo, para ponerse del lado de quienes luchan por la libertad y la justicia”.

Para el secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken “la misericordia del arzobispo Tutu, su claridad moral, su indeclinable lucha contra la injusticia y la opresión ayudaron a guiar a su país para salir de la oscuridad del apartheid y galvanizar a los pueblos del mundo a ponerse del lado de lo correcto. Su voz ha de perdurar a través de las eras y su legado seguirá resonando como un regalo para toda la humanidad”.
El diario The New York Times emitió la siguiente declaración: “El arzobispo Tutu predicó que la política del apartheid era tan deshumanizante para los opresores como para los oprimidos”.
En el diario Los Angeles Times se dijo: “Una señal de lo moral en una tierra profundamente convulsionada, el pastor juguetón con sotana morada que durante décadas se irguió como un inspirador símbolo de valor, dignidad y esperanza en una nación que en ciertos momentos parecía condenada a la guerra civil. Sus fervientes llamados en favor de la paz y la justicia racial, junto a su incontenible sentido del humor, fueron un bálsamo constante en un pueblo al filo”.
Bill Gates, cofundador de Microsoft, expresó que “el arzobispo Desmond Tutu lideró con sus valores, su empatía y optimismo”.
Y el expresidente de Estados Unidos Barack Obama declaró: “Un espíritu universal, el arzobispo Tutu estaba arraigado a la lucha por la liberación y la justicia en su propio país, pero también preocupado ante la injusticia en todas partes”.
