Hace medio siglo las tecnologías nucleares se estaban expandiendo y abundaban las predicciones sobre el último día, a medida que los países competían para hacerse con armas nucleares.

En respuesta la comunidad internacional elaboró un marco de referencia para la cooperación que impidió el desastre. Ahora, en sus 46 años, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) es un elemento vital en la seguridad mundial.

“Con frecuencia se dice que el TNP es el fundamento esencial en los esfuerzos para prevenir la expansión de las armas nucleares”, afirmó el embajador Adam Scheinman, representante especial del presidente para asuntos de no proliferación. “Esto es algo más que un lema, es la base para nuestra seguridad compartida”.

El TNP se asienta en tres pilares interrelacionados: la no proliferación, el desarme y el uso pacífico de la energía nuclear. Los artículos I, II y III del tratado se refieren específicamente a la no proliferación. Pretenden prevenir una mayor expansión de las armas nucleares.

Exigen que los estados sin armas nucleares acepten las salvaguardas del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para verificar que las actividades nucleares sean solamente con propósitos pacíficos.

El TNP también allana el camino para que grupos de países establezcan tratados para prohibir las armas nucleares en sus territorios. Los acuerdos para establecer las zonas libres de armas nucleares ya existen en América Latina, África, el sur del Pacífico y Asia Central.

“Ninguna nación por sí sola puede hacer realidad esta visión. Debe ser una labor mundial”. – Presidente Obama

Hace siete años en Praga, el presidente Obama prometió que Estados Unidos detendría la proliferación de armas nucleares y buscaría un mundo sin ellas. “Como la única nación que alguna vez usó armas nucleares, Estados Unidos tiene la obligación moral de seguir liderando el camino para eliminarlas”, escribió recientemente en el diario Washington Post (en inglés).

El 31 de marzo y el 1 de abril, recibió a líderes mundiales en la cuarta Cumbre de Seguridad Nuclear (en inglés) en Washington para analizar maneras de avanzar los objetivos compartidos de no proliferación y combatir el tráfico nuclear.