Algunos sobrevivieron a los infames campos de trabajos forzados en Corea del Norte, mientras otros casi mueren de inanición. Los ocho escaparon de Corea del Norte y el 2 de febrero conocieron al presidente Trump en la Casa Blanca, con quién compartieron sus heroicos relatos.
“Hay mucho peligro, muchos riesgos”, dijo el presidente en la Oficina Oval. Calificó esos relatos como “increíbles y muy inspiradores”.
Entre quienes se reunieron con el presidente figura Seong-ho Ji, que perdió sus extremidades y debió soportar un trato horrible antes de fugarse, y a quién el presidente Trump había invitado a presenciar su discurso del Estado de la Unión el 30 de enero. “Ningún régimen ha oprimido a sus propios ciudadanos más total o brutalmente que la cruel dictadura de Corea del Norte”, dijo Trump en su discurso. Ji respondió levantando las toscas muletas de madera que usó en Corea del Norte. En ese emblemático momento, la audiencia entera de legisladores y otros funcionarios del gobierno se pusieron de pie para aplaudir la valentía de Ji.
Visitantes en la Casa Blanca
Hyeonseo Lee, que a los 17 años de edad escapó a China y luego se asentó en Corea del Sur, también visitó la oficina del presidente el 2 de febrero. En un encuentro transmitido en vivo por Facebook (en inglés) más tarde ese mismo día en el Departamento de Estado declaró que muchos desertores que tratan de escapar llevan veneno, para usarlo en caso de que sean capturados en China. “Ellos prefieren suicidarse antes de ser repatriados a Corea del Norte”, dijo Lee. “Yo solo quiero que los estadounidenses compartan nuestros relatos”. Lee escribió sobre sus experiencias en sus memorias publicadas en 2015, tituladas “La muchacha de los siete nombres”
Los que huyen asumen enormes riesgos para denunciar los abusos que comete el régimen de Corea del Norte. Los detalles de su sufrimiento “son difíciles de escuchar, pero es necesario oírlos”, dijo Nikki Haley, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas en diciembre de 2017, cuando celebró un diálogo sobre los abusos de los derechos humanos en Corea del Norte.
Los desertores de Corea del Norte han descrito horrorosos tratos, incluyendo tortura, violencia sexual, ejecuciones sumarias, privación de alimentos y abortos forzados. El sistema de prisión política en el país detiene a cientos de miles de personas, incluidos niños.
Además de cometer atrocidades contra su propio pueblo el gobierno de Corea del Norte pretende amenazar al mundo, ilegalmente y de manera temeraria, con las armas nucleares.
Antes de su reunión con los huidos de Corea del Norte, Trump habló con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae, para conversar sobre la importancia de mejorar la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, dijo la Casa Blanca en una declaración (en inglés).